El incivismo que se extiende por diferentes calles y barrios de Palma deja una serie de imágenes para la reflexión en la zona del Rafal. Y se plasma sobre las paredes, en mobiliario urbano e incluso en viviendas que han sido víctimas de estas actitudes que han causado enorme malestar entre quienes las padecen y deben soportar estas situaciones de forma cotidiana, pese a la labor del Ajuntament de Palma, a través de Emaya, por intentar erradicar estas acciones.
Las imágenes de pintadas y grafitis en puntos neurálgicos como la calle Mare de Déu de Montserrat o en el cruce de la misma con Indalecio Prieto ya se han convertido en algo común, algo que lamentan por la falta de respeto hacia los bienes comunes por parte de personas que ejecutan este tipo de acciones que, incluso, denuncian los vecinos que se ceban con edificios de viviendas, sin dejar de lado recintos públicos como las proximidades del campo de fútbol municipal del Rafal.
Algunas de esas pintadas, además, llevan consigo mensajes con tintes políticos o de protesta, lo que agrava más el resquemor de los residentes, cansados de soportar este panorama absolutamente prescindible.
Persianas de locales comerciales, puertas y accesos a negocios del barrio, paredes de edificios residenciales, contenedores, placas de las calles... nada se libra de las manos del incivismo que, además de la imagen que deja entre los residentes, muestra a quienes pasan por allí una cara que no se corresponde con la que quieren transmitir quienes allí viven, molestos por estas acciones, reclamando que Cort tome cartas en el asunto para, primero, limpiar estas pintadas y trabajar para evitar que sigan siendo un dolor de cabeza para los vecinos del Rafal, aunque también para los comerciantes.
Mientras no les den una buena lección los grafiteros continuarán con su loable labor. Quizás 6 meses de limpiar las calles sería una buena solución, porque lo de limpiar las pintadas con la lengua no es opción, verdad?.