El Ayuntamiento de Palma activa este 1 de julio las nuevas Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en el casco antiguo de Ciutat, en cumplimiento con la normativa europea sobre calidad del aire y reducción de emisiones contaminantes. Esta medida, que afectará de forma directa a la movilidad en el centro histórico de la ciudad, supondrá la prohibición de circular para vehículos que no cumplan con los estándares ambientales fijados por la Unión Europea, bajo riesgo de sanción económica para quienes infrinjan la normativa.
La delimitación de las ZBE abarca el espacio comprendido entre las Avenidas y los diferentes acires —áreas de circulación restringida— del casco antiguo de Palma. Estas zonas, que ya cuentan actualmente con acceso limitado a residentes y vehículos autorizados, se convertirán en un cordón ambiental que, según las autoridades, «tiene por objetivo reducir la contaminación atmosférica y mejorar la calidad del aire en el núcleo urbano». Las cámaras de videovigilancia, instaladas en puntos estratégicos, se encargarán de controlar en tiempo real la circulación y detectar cuáles vehículos pueden, efectivamente, acceder a estas áreas restringidas, verificando automáticamente las matrículas y el distintivo ambiental correspondiente.
Los conductores que pretendan acceder al centro deberán prestar especial atención a su distintivo ecológico, ya que las multas por circular sin cumplir los requisitos medioambientales podrán oscilar entre 200 y 260 euros, dependiendo de si hay reincidencia. El Ayuntamiento, en colaboración con la Dirección General de Tráfico (DGT), ha puesto en marcha una campaña de información para advertir a la ciudadanía de la entrada en vigor de la medida y para recordar a los propietarios de vehículos la obligatoriedad de portar el distintivo ambiental en lugar visible.
Zonas afectadas y mapa de restricciones
El ámbito de aplicación de las ZBE de Palma ha sido definido según los criterios técnicos elaborados por los servicios municipales y la normativa europea. Así, la delimitación abarca toda la zona comprendida entre el perímetro de las Avenidas —que actúa como frontera natural entre el casco antiguo y los barrios periféricos— y las calles interiores ya restringidas por el sistema de acires. Las vías afectadas cubren una extensa área del centro histórico, caracterizada por un trazado urbano antiguo y elevados niveles de densidad residencial y actividades comerciales.
Actualmente, en las calles grises del denominado 'mapa de acires', el acceso solo está permitido a residentes, servicios municipales, vehículos de emergencia y determinados tipos de transporte autorizado. Con la entrada en vigor de las Zonas de Bajas Emisiones, este modelo se amplía a todo el centro y la restricción ambiental se convierte en un criterio adicional de control. Aquellos vehículos que superan los límites legales de emisiones contaminantes —como los coches de gasolina matriculados antes de 2001 y los diésel anteriores a 2006— tendrán prohibida la circulación en todo el casco antiguo desde enero de 2025.
La implantación de las ZBE en Palma viene motivada por las exigencias de la Unión Europea, recogidas en la Directiva 2008/50/CE sobre calidad del aire ambiente, que obliga a los municipios españoles de más de 50.000 habitantes a poner en marcha mecanismos eficaces de restricción del tráfico altamente contaminante. Esta normativa ha supuesto para Palma el establecimiento de nuevas obligaciones, a pesar de la reticencia inicial del nuevo equipo de gobierno municipal, que en un primer momento expresó 'dudas sobre el alcance y conveniencia del proyecto' al Ministerio de Transportes.
Calendario y fases de aplicación
La aplicación de las restricciones de acceso a las Zonas de Bajas Emisiones en Palma será escalonada y constará de varias etapas. En la primera fase no podrán acceder los vehículos catalogados como categoría A: estos incluyen los automóviles de gasolina anteriores a 2001 y los vehículos diésel fabricados antes de 2006. Se estima que esta medida afectará aproximadamente a un 18 % del parque móvil del municipio, según las estimaciones del área de Movilidad del Ayuntamiento.
Posteriormente, a partir de 2027, la restricción se ampliará también a los vehículos de categoría B. Esta segunda fase afectará a los coches de gasolina matriculados entre 2001 y 2006 y todos los diésel fabricados a partir de enero de 2006. Solo los vehículos con categorías ambientales C, ECO o Cero Emisiones tendrán garantizado el acceso sin restricciones al centro de la capital balear, reforzando así el compromiso institucional con la mejora de la calidad del aire y la salud de la ciudadanía.
Repercusiones para residentes y visitantes
La puesta en marcha de las Zonas de Bajas Emisiones tendrá notables repercusiones en las rutinas habituales de desplazamiento tanto para residentes como para visitantes, especialmente en lo relativo al uso de vehículos privados antiguos. En el caso de los residentes empadronados en áreas incluidas en la ZBE y titulares de vehículos que no cumplan con la normativa, el Ayuntamiento ha anunciado que podrán acogerse a un régimen transitorio de exenciones, cuya duración y condiciones serán comunicadas en las próximas semanas a través de los canales oficiales.
Los comercios y servicios ubicados dentro de las ZBE deberán adaptar sus servicios logísticos y de reparto, para lo cual está previsto un periodo de adaptación que contempla autorizaciones especiales para vehículos de flotas profesionales, servicios esenciales y transportistas, siempre y cuando acrediten la necesidad y justifiquen la imposibilidad de cumplir con los requisitos de emisiones en el corto plazo.
Informar y sensibilizar a la población
Con objeto de garantizar el máximo conocimiento y cumplimiento de la medida. Estas acciones incluyen la difusión de 'folletos explicativos, jornadas de puertas abiertas, charlas en centros vecinales y materiales divulgativos en comercios', además de un portal web específico en el que los ciudadanos pueden consultar si su vehículo cumple con la normativa y obtener orientaciones sobre cómo solicitar el distintivo ambiental de la DGT.
La administración municipal insiste en la importancia de un correcto cumplimiento tanto para evitar sanciones como para contribuir al objetivo común de reducción de emisiones y preservación del entorno urbano. Se han habilitado, asimismo, puntos de asistencia e información presencial en los centros cívicos, donde personal técnico resuelve dudas acerca del régimen de restricciones, posibles exenciones y tramitación de autorizaciones para casos excepcionales.
Control, sanciones y vigilancia
El sistema de control y sanción de la ZBE estará plenamente operativo. Las cámaras instaladas en los accesos detectarán automáticamente las matrículas, cotejando los datos con el registro nacional de distintivos ambientales de la DGT. En caso de acceso indebido, se generará la sanción de forma automatizada. El importe de la multa puede variar entre 90 y 200 euros según la gravedad de la infracción y posibles reincidencias.
La Policía Local y los técnicos de Movilidad reforzarán la vigilancia durante las primeras semanas con dispositivos especiales para garantizar el correcto funcionamiento del sistema y resolver posibles incidencias relacionadas con vehículos foráneos —especialmente los procedentes de municipios vecinos o de fuera de la isla—, a los que se les exigirá igualmente la presentación de los distintivos requeridos por la normativa europea.
Contextualización y antecedentes en otras ciudades
La apuesta de Palma por las Zonas de Bajas Emisiones se enmarca en una tendencia general tanto a nivel nacional como europeo. Ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla han instaurado ya modelos similares desde 2023 y 2024, siguiendo el mandato de la legislación de la Unión Europea. En la mayoría de los casos, se ha constatado una reducción significativa de los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) y partículas en suspensión, así como una mejora progresiva de los indicadores de calidad del aire en los centros urbanos.
Si bien la implementación inicial suele generar cierta controversia entre los propietarios de vehículos afectados, en las urbes pioneras se han valorado positivamente los efectos a medio y largo plazo, con una paulatina adaptación de la ciudadanía a los nuevos criterios de movilidad sostenible. Palma se suma así, desde 2025, al grupo de ciudades comprometidas con el reto de la descarbonización y la transformación ecológica del modelo urbano.
Queridos paisanos, estamos de acuerdo en que esto es nuestra especialidad, ser "hipocritas" de alto nivel , implementamos regulaciones europeas para bajar las emisiones en el centro de ciutat y al mismo tiempo cuantos cruceros van a hacer parada en Palma?