Los restauradores de Pimem se han manifestado este jueves en contra de la decisión del Ayuntamiento de separar las terrazas de las fachadas de edificios, una decisión que desde Cort justifican en la normativa de accesibilidad (porque las personas con discapacidad visual utilizan la línea de los edificios como guía). Desde Pimem-Restauració han expresado su «profunda preocupación» por esta política municipal porque «amenaza la sostenibilidad de muchos negocios».
La regidora de Govern Interior, Mercedes Celeste, se mostraba este miércoles dispuesta a buscar acuerdos con los negocios a los que este cambio les suponga perder mesas. No se ha producido ningún cambio normativo como tal (no se ha modificado la ordenanza de terrazas aprobada en 2018), pero el Ayuntamiento sí ha variado su enfoque y está pidiendo colaboración a los empresarios. Desde Pimem recelan: subrayan que en algunos locales «no hay alternativa» a colocar las mesas pegadas a la pared, y que esos negocios verían «reducidos sus ingresos sin una reducción proporcional de sus costes operativos».
Según la patronal, en muchos casos, las nuevas ubicaciones propuestas para mesas y sillas «no son viables por cuestiones de seguridad o distancia respecto al local, comprometiendo gravemente la experiencia del cliente y, en consecuencia, la facturación». Un ejemplo es Avenidas: «¿Si no se puede ubicar la terraza junto a la fachada, ¿se pretende que se instalen al borde de la calzada, con los riesgos que esto conlleva?».
«Es necesario un análisis detallado, calle por calle, para evitar que esta decisión complique aún más la gestión de unos negocios ya sometidos a fuertes cargas administrativas y escasez de personal cualificado. Si a esto le sumamos el incremento de costes del convenio de los hoteleros que nos van a obligar a asumir, estamos hablando de una auténtica amenaza para la viabilidad del sector», ha declarado el presidente de Pimem-Restauració, César Amable.
Pimem censura que no se haya consultado previamente al sector (personal del Ayuntamiento está visitando uno por uno los negocios afectados, empezando por las zonas más transitadas) y reivindican modificar la ordenanza para garantizar la seguridad jurídica. La entidad solicita «diálogo y comprensión» para buscar «soluciones que minimicen el impacto económico y garanticen la sostenibilidad de nuestros negocios».
Lo que se debería hacer es quitar todas las mesas de las aceras. El peatón ya no puede ni pasear tranquilo. Y vigilen a los restauradores de Blanquerna, ocupan más espacio del que les toca.