Los vecinos y residentes del Molinar y Sa Gruta llevan meses, concretamente desde el verano de 2022, viendo cómo un tramo de acera entre esas dos zonas de Palma resulta inaccesible e intransitable para los peatones. Concretamente, se trata de un espacio de unos 50 metros en el que se oferta un solar industrial, vallado perfectamente.
Un montaje que deja sin acera a los transeúntes, que se ven obligados, si circulan por ese lado de la vía, a moverse por la carretera, en la que el tráfico es constante tanto en dirección al Coll d'en Rabassa como hacia Palma, estando cerca además del acceso a la autovía del aeropuerto y, en otro sentido, hacia la vía de cintura. En ese espacio, unas señales indicativas advierten desde hace demasiado tiempo a los peatones de que deben cruzar a la acera de enfrente para afrontar ese tramo.
Esa acera inaccesible se encuentra en la calle Llucmajor y en ese tramo se pueden observar los carteles que refieren una reserva de espacio realizada ante el Ajuntament de Palma y que comprende del 22 al 31 de agosto de 2022, siendo el motivo alegado la instalación de una canalización. Desde entonces, los habitantes de la zona se han resignado a cruzar al otro lado de la vía o, con suma precaución, moverse sobre el asfalto.
La verdad es que no lleva desde 2022. Ese lado de la calle no es transitable desde hace, al menos, 20 años. Estaba cerrado con una valla ciega que obligaba a circular por la calzada o cruzar al otro lado. En 2022 es cuando empezaron a urbanizar la parcela.