No es el concierto de una gran estrella del pop pero la expectación es similar. El pasado lunes a las doce de la mañana, el festival de arquitectura Open House abrió la inscripción para visitar el sábado 9 de noviembre las obras de Can Oleza. En cuatro minutos se habían agotado las plazas de los dos turnos de visitas. Solo unos pocos han conseguido su entrada para visitar este monumental edificio ubicado en la calle Morei, en el corazón del Casc Antic. Es uno de los 67 inmuebles que se podrán visitar de manera gratuita durante el próximo fin de semana, gracias Open House. Aunque en este caso concreto es necesaria una inscripción previa.
Los visitantes deberán enfundarse el casco para caminar entre materiales de construcción y andamios. Va a ser una visita para conocer las 'tripas' del casal histórico. Can Oleza se encuentra inmersa en las obras de rehabilitación que se iniciaron en 2017. Catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de monumento, por lo que cuenta con el mismo grado de protección que la Catedral de Mallorca. La rehabilitación se está llevando con sumo mimo: el estado de la estructura era tan delicado que ha requerido un proyecto de consolidación y restauración. La última gran reforma de Can Oleza se llevó a cabo a mediados del siglo XVIII.
Equipo
Al frente del equipo que se ha encargado de estos arduos trabajos se encuentran Gras Arquitectos y EDM Arquitectos. Mientras tanto, cada mes se han ido elaborando informes que se han llevado directamente a Patrimoni del Consell de Mallorca, que hace un seguimiento pormenorizado de los trabajos. Hay muchas expectativas puestas en este proyecto.
Desde que en 2021 Ultima Hora realizó una visita para conocer cómo iban las obras de rehabilitación, se han llevado a cabo importantes avances en el proyecto. Se han recuperado techos de cáñamo y arcos. Las vigas originales, que en algunos casos datan del siglo XVIII, están siendo sustituidas por madera antigua recuperada, que viene de derribos de antiguos conventos o edificios con varios siglos a sus espaldas. Un equipo se dedica a rastrear vigas de pino que vienen de toda Europa. Las considerables dimensiones de las salas de Can Oleza han dificultado la búsqueda de material. Se trata de una recuperación arquitectónica que no ha utilizado hormigón ni mallazo, los materiales son sostenibles.
Por otro lado, está previsto que este mes arranquen las obras de restauración de la fachada. Mientras tanto, en el interior se mantienen protegidos elementos delicados para que no sufran durante las obras. Tras los tapices, cuadros y alfombras, que también se recuperarán, y al levantar el solado, se encontraron grietas, graves y preocupantes, que ya se han arreglado.
El suelo original, de marés, también está recubierto con una capa de madera para lucir de nuevo con todo su esplendor una vez que vuelva a abrir sus puertas. Asimismo, vigas policromadas originales están envueltas después de su restauración.
En la primera planta, las salas tienen una altura descomunal de casi nueve metros, una muestra del esplendor de Can Oleza. En su estado original las paredes estaban forradas de damascos y contaban con característicos cortinajes. Todos estos elementos textiles que forman parte del patrimonio protegido también se están sometiendo a una cuidada restauración.
Las obras están suponiendo un descubrimiento arqueológico tras otro. Entre ellas, varias aperturas secretas que comunican el casal con Pont i Vic, que también se está rehabilitando y tiene previsto un uso hotelero. No es el caso de Can Oleza, que cuenta con licencia para albergar viviendas aunque la propiedad del edificio ha manifestado su deseo de que, una vez acabada la rehabilitación, vuelva a abrir sus puertas para la la ciudad de Palma pueda celebrar allí recitales abiertos a la ciudadanía.
En las salas de la planta baja, justo encima de los establos, se han hallado unos techos con artesonado de madera por un lado, y de yeso por otro. La fachada de este emblemático edificio, que se encuentra en el número 9 de la calle Morei, así como su interior están ahora mismo cubiertos por las obras, dejando ocultas la entrada de finales del siglo XVII con sus características columnas jónicas, sus arcos y una escalera con barandilla de hierro forjado.
Aunque perteneció a la familia Morey, en el siglo XV pasó a manos de la familia Descós. En el siglo XVII fue adquirido por Salvador Oleza, cuya familia vino a Mallorca con la conquista de rey Jaume I. Jaime Oleza y Batlet era Fiscal de la Corona y su hijo era el procurador real. En total, ha habido más de veinte generaciones de la familia Oleza, que a finales del siglo XVII hizo una gran reforma que dejó el aspecto actual de la entrada del casal. Poco a poco, Can Oleza se va curando de las heridas de más de 500 años de vida, dispuesta a seguir en pie otros cinco siglos más. Por lo pronto, unos pocos afortunados podrán disfrutar de las obras gracias a Open House.