Es una de las barriadas obreras por excelencia y mantiene viva esa esencia en muchos de sus rincones, pese a padecer males que asolan a muchos de esos rincones de Palma, como el abandono del tejido comercial. Pero en Son Roca han sabido conservar sus raíces, de la mano de la Associació de Veïns i Veïnes Nova Son Roca, que comprende también otras zonas próximas como Son Ximelis, Son Anglada o Son Puig, con el fin de hacer fuerza y hacerse notar con más fuerza. Incluso existe conexión con otros barrios como Son Rapinya o La Vileta, con los que comparten inquietudes y demandas, como la problemática derivada de las torres de Son Puig.
El colectivo reúne a cerca de 150 asociados, que tienen como punto de encuentro el Casal de Barri -que gestiona la asociación- y los diferentes puntos del barrio, como el parque o la zona del polideportivo. Esa unidad que sigue marcando a Son Roca la plasman las diferentes entidades del barrio, como el proyecto socioeducativo Naüm, el club de petanca, el de fútbol, Cáritas, la asociación de la tercera edad o la de los amigos de la ciencia ficción. El colectivo vecinal pide también la no privatización de servicios como el Casal de Barri o la piscina, para evitar problemáticas pretéritas.
Su centro de salud es el de Son Serra-La Vileta, que dicen está saturado, con su PAC ubicado en Son Pizà, contando con conexión a través de la EMT con Son Espases -promesa cumplida por Cort-, disponiendo de las líneas 8,7 y 36. En cuanto al transporte, los vecinos piden a Cort que amplíe los horarios de la línea 8, especialmente los nocturnos, para dar servicio a vecinos que trabajan en la hostelería.
Las infraestructuras deportivas son un punto fuerte del barrio, que cuenta con su piscina municipal, un campo de fútbol, la pista polideportiva y el gimnasio urbano, junto a las pistas de petanca. En el capítulo de la limpieza, reside una reivindicación fundamental para la asociación, que espera la llegada de Son Roca de su Plan de Choque y una limpieza a fondo prevista, aseguran, desde finales de 2023. Esa incidencia se le ha notificado al Ajuntament de Palma, con el fin de situar al barrio a la altura de otros. Eso sí, destacan la eficiencia del servicio diario de Emaya, pese al incivismo que asola en ocasiones a la zona.
En esa dinámica, refieren que desde septiembre del pasado año esperan tener una reunión con el Ajuntament de Palma, a través de Participación Ciudadana, pero siguen sin respuesta a estas alturas, con el fin de solventar dudas y conocer el estado de ayudas y subvenciones como las vinculadas a la rehabilitación de fachadas, en algunos casos paradas y a la espera de saber cuándo se abonarán, explican desde la asociación vecinal.
La movilidad no es un problema de primer orden en Son Roca, pidiendo que se mantengan y conserven los espacios de aparcamiento, de la misma manera que la instalación de radares para controlar la velocidad, excesiva en momentos puntuales y en algunas calles, cuyas aceras se encuentran en mal estado en muchos casos, siendo peligrosas para los peatones, especialmente la población de mayor edad, de gran peso en el barrio, y para la que se pide un ascensor en el local de la 'gent gran'. De la misma manera que arreglar los parques infantiles de Cap Enderrocat y Son Puig, donde la sombra brilla por su ausencia, son otras dos peticiones a remarcar.
En lo referente a seguridad, los vecinos piden más presencia policial y vigilancia, reportando robos en coches y la aparición de motos sustraídas, aunque en líneas generales no advierten de episodios violentos dentro de Son Roca, donde llama la atención la paulatina pérdida de su tejido comercial, dejando paso tiendas de otra época a locales convertidos en viviendas. Esa ayuda para recuperarlos es otra propuesta que se lanza desde la asociación, que pide abrir a pleno rendimiento el Centro de Día de Son Xigala, además de recordar que siguen teniendo subvenciones pendientes de cobro, que comprometen la actividad de la entidad.
La brecha social que sigue existiendo en el barrio lleva a solicitar a Cort un servicio de Wifi abierto en el barrio, que por Navidad pide, como han hecho otros de la periferia extrema como Son Gual, que se les tenga más en cuenta con luces y decoración, mientras que en verano, aspiran a una mayor oferta de actividades, especialmente para los más pequeños, que tienen en el proyecto sociocultural Naüm un salvavidas dentro de una zona de Palma en la que la lucha contra la exclusión social sigue estando al orden del día.