Pau Figuerola, 77 años, es el usuario más longevo de BiciPalma y reconoce que cuando el Ayuntamiento de Palma se puso en contacto con él para darle la noticia «fue toda una sorpresa», aunque también que comprende que tampoco es tan joven y que «mucha gente mayor no se atreve, no quiere o no puede» moverse en bicicleta. Este vecino de Palma lleva utilizando el servicio público durante dos años y anima a todo el mundo a utilizarlo, así como los otros tipos de transporte público para dejar el coche «lo máximo posible».
Figuerola decidió empezar a usar la aplicación porque con anterioridad había tenido varias bicis particulares pero en dos ocasiones se las robaron al atarlas en la calle. Ese fue el detonante para no comprar una nueva y pasarse a una alternativa. Cuando usa el servicio hace trayectos cortos de unos 30 minutos, en primer lugar, porque por recorridos más largos «hay que pagar más» y, en segundo lugar, porque tampoco quiere «abusar» y cansarse de más.
Aprovecha BiciPalma para ir desde su casa a la Intermodal para coger el tren o el autobús o dar paseos hasta el mar por la zona del Molinar, Ciudad jardín o incluso llegando a Can Pastilla. Por otro lado, explica que le ha ido «muy bien el ejercicio por el problema de espalda» que tiene, que «en parte» se le ha ido. Por eso mismo, afirma que no quiere dejar de montar «mientras pueda» y admite que «a su edad» opina que tienen mucha suerte de estar tan ágil. A esto añade que, además del ciclismo, le llama la atención el senderismo y que por así decirlo son sus «dos pequeños amores».
En cuanto a las dificultades que pueden tener las personas de edad más avanzada a la hora de utilizar la aplicación, Figuerola es claro: «hay que aprender y hay que toquetear para aprender», pero «cuando se aprende no hay ningún problema». En su caso, explica que no necesitó ayuda para instalar y emplear la app, porque su nieta ya le había enseñado antes a usar el móvil. «No voy a decir que es pan comido, pero me defiendo bien», asegura entre risas.
Pese a que cuando se domina es sencillo, apunta que puede ser «algo complicado» el tema de los anclajes, en referencia a los sitios disponibles para coger y dejar las bicicletas, aunque matiza que «con la aplicación ya sabes donde la puedes dejar antes de partir».
Asimismo, comparte que amigos suyos -aunque no son usuarios de BiciPalma- le han preguntado mucho por el servicio: «lo quieren saber todo, cómo funciona y cuánto cuesta». Sobre por qué cree más personas de su edad no se decantan por este medio de transporte, Figuerola señala a la brecha tecnológica y la falta de interés: «no quieren meterse porque no quieren complicarse la vida». Este no es su caso, que deja claro que lo va a seguir haciendo «mientras pueda».