Cada barrio de Palma tiene su propia problemática, pero unos acumulan más carencias que otros. Muchos lamentan sentirse olvidados por el Ajuntament, y algunos, aunque tienen más inversiones no están de acuerdo con ellas.
Del centro a la periferia, las asociaciones de vecinos se movilizan cada vez más para reclamar mejoras al Consistorio. La ciudad, mientras tanto, se va ampliando y sus problemas se van expandiendo.
Aquí va una disección de las diferentes quejas de las barriadas. No están todas, pero las que se desgranan en este reportaje son una radiografía de la situación de Palma.
Génova
A los pies de Na Burguesa, esta barriada sufre la histórica ausencia de aparcamientos y de equipamientos municipales. Mientras tanto, la intensa actividad constructora demuestra el atractivo de este enclave palmesano, aunque provoca muchas molestias a los vecinos por ruidos y ocupación de calzada.
Camp d'en Serralta
Los vecinos de esta céntrica barriada denuncian que carecen de equipamientos municipales y que se sienten olvidados por el Ajuntament. No hay presencia de centros de la tercera edad ni casal de joves, mientras que los padres con niños pequeños salen del barrio ante el temor a la inseguridad de la plaza serraltina. Suciedad, delincuencia, incivismo y mal mantenimiento están en su lista de quejas.
Cala Major
Situada en la periferia del municipio, arrastra los problemas de haber sido una zona turística madura reconvertida en residencial a la fuerza. Las infraviviendas están a la orden del día, mientras los residentes lamentan problemas de accesibilidad por lo empinado de sus calles, carencia de comercios de proximidad, ausencia de colegios y escoletes y una población empobrecida que depende en exceso del transporte público.
Santa Catalina
Tras el desconfinamiento Santa Catalina se ha convertido en un epicentro del ocio nocturno. Las proliferación de terrazas y la multitud de clientes han desatado las quejas de los vecinos, hartos de los ruidos, la suciedad y la escasez de aparcamientos. El nuevo Plan Especial de Protección de Santa Catalina intenta revertir las molestias de esta zona, en la que se concentran multitud de bares y restaurantes, aunque vecinos y empresarios se han mostrado en contra.
Platja de Palma
Destino turístico maduro por excelencia, no ha conseguido solucionar los problemas de botellón, ruidos nocturnos y suciedad que asolan a este barrio.
Es Jonquet
Justo al lado, es Jonquet padece desde hace lustros ser una zona de marcha nocturna y escenario de botellones, por lo que el confinamiento decretado por la pandemia del coronavirus supuso para sus habitantes un auténtico descanso, actualmente ya perdido. El ruido y la inseguridad traen de cabeza a los residentes.
Pere Garau
Está siendo objeto de inversiones municipales pero eso no quita que hay malestar en esta populosa barriada, la que cuenta con más habitantes de Palma. El eje peatonal de Nuredduna concentra las inversiones y no contenta a los vecinos, que siguen reclamando más infraestructuras publicas como deuda histórica. El nuevo Plan General prevé expropiar tres solares, entre ellos el antiguo cine Metropolitan, para aliviar la carencia de equipamientos. Pero siguen faltando parques y zonas verdes (que en teoría debería solucionar el proyecto de Nuredduna), la biblioteca aún se hace esperar y se sigue padeciendo la suciedad, el incivismo y la falta de aparcamientos. Los okupas también han protagonizado un buen número de incidentes en el barrio.
Son Gotleu
Es uno de los puntos negros de Palma, en el que se concentra población vulnerable y altos índices de delincuencia. El incivismo y la suciedad van de la mano en este barrio que acusa la falta de mantenimiento por parte del Ajuntament. Los ruidos son otro de los caballos de batalla que aquejan a los vecinos.
Son Roca
Es una de las zonas con más vulnerabilidad social que además ha vivido semanas convulsas por la presencia del centro de menores Norai. La subida del precio de la vivienda ha llevado a muchas familias, en situación muy precaria, a optar por la okupación.
El Terreno
El corazón de este barrio es Gomila, que arrastra problemas históricos como zona de ocio nocturno. El ruido a altas horas de la madrugada y el incivismo se han incrementando después de la pandemia. Aún así, Gomila promete ser una nueva zona en auge gracias a la inversión millonaria de empresas, como el proyecto inmobiliario de Camper. Las dos Palmas conviven y habrá que ver quien gana la partida.
Camp Redó
Los principales problemas de esta barriada se concentran en las viviendas sociales, una zona conocida desde sus orígenes como ‘Corea', marcada por la inseguridad, la suciedad o la degradación de las viviendas.
Son Espanyolet
Es uno de los barrios damnificados por la gentrificación, donde el encarecimiento de la vivienda se suma a los estragos del turismo residencial. El ruido que éste último ocasiona es otro de sus caballos de batalla.
Establiments
El proyecto de Cort para la mejora de la seguridad de la carretera de Esporles conlleva expropiaciones que son rechazadas por los afectados. Otra reivindicación es la paralización del proyecto de la cantera de Esporles.
La Soledat
Una de las barriadas más vulnerables de Palma, sufre la falta de cohesión social (común en otros barrios) y la estigmatización. El incivismo y la suciedad se ceban con esta zona.
Nou Llevant
Es el epicentro de nuevas promociones inmobiliarias y el distrito digital, pero sigue teniendo problemas históricos como la delincuencia, el incivismo y la falta de inversiones.
El Molinar
La falta de equipamientos es una de las históricas reivindicaciones de este barrio, donde el precio de la vivienda es inasumible para la mayoría.
Casc Antic
La gentrificación ha hecho mella en el centro de Palma, cuyos vecinos han sufrido la escalada de precios inmobiliarios que expulsa a la clase media y la desaparición del comercio tradicional. La presencia masiva de turistas provoca molestias y suciedad. Vecinos y comerciantes se oponen a las nuevas medidas de Cort de restricción del tráfico.
Sa Garriga
Muy alejada de la ciudad, esta barriada de la periferia sufre la falta de un transporte público digno, así como la suciedad y la falta de servicios mínimos.