Falta de plazas de aparcamiento y aumento de los coches abandonados. El problema está servido en Pere Garau. A la dificultad histórica para encontrar parking en esta barriada, los vecinos suman ahora la proliferación de vehículos abandonados, sobre todo desde la pandemia.
Las calles más afectadas son las vías adyacentes a Capitán Vila, en la que acaba la zona ORA, y en la que encontrar un sitio donde aparcar se ha convertido en una lotería.
Vecinos en guerra
«Cada tarde el mismo cantar», critica Eva, una vecina de Pere Garau que vive en la frontera entre la zona de pago y la de aparcamiento libre: «Si viviera unos metros más allá, podría pagar la ORA anual y ganar una hora diaria para hacer lo que me dé la gana. Hasta que no la amplíen, seguiré ‘penando'», lamenta.
David, otro vecino del barrio, denuncia el aumento continuado de coches abandonados: «Los residentes sabemos qué vehículos se han dejado a la mano de dios y cuáles son los que dejan aparcados los talleres de la zona durante días o semanas. Pero la pandemia y la falta de control policial está agravando el problema. Hay coches sin volante, otros con las ruedas pinchadas. No es difícil identificarlos», apunta.
Nael Falo, portavoz del colectivo vecinal Flipau amb Pere Garau, ratifica las denuncias de los residentes y lamenta que «a pesar de que Pere Garau es el barrio más poblado de Palma y con más densidad de población del ensanche, cuenta con la friolera de 0 plazas de parking públicas, mientras que en otras zonas, como Blanquerna, hay 1.806 plazas en parkings».
En este sentido, señala que por la idiosincrasia de la zona, las nuevas viviendas no pueden incorporar parkings subterráneos. Por eso recuerda a Cort que debe ampliar la ORA hasta los límites de Son Gotleu y cumpla con su obligación de retirar los vehículos abandonados.