Es jefa del área de Parcs i Jardins del Ajuntament desde 2004 y vocal de la Asociación Española de Arboricultura. Inma Gascón es autora del blog Naturaleza urbana en sociedad, donde reflexiona sobre el papel del árbol en la ciudad, cada vez más ansiado por el ciudadano.
¿Cuántos árboles tiene Palma?
— Contamos con 35.000 árboles y palmeras en calles y otros 30.000 en zonas verdes. Los de Bellver y es Carnatge no los contamos, se consideran masa forestal. Es una dotación importante de árboles en viario pero están mal colocados. Muchos de ellos son árboles de gran crecimiento, de gran desarrollo, colocados en sitios que no caben. Hay que contenerlos con poda, los envejece prematuramente.
¿Cuándo estarán en su plenitud los árboles que plantan ahora?
— Depende. Hay alineaciones que nos acompañan desde hace más de un siglo, como el Borne o las Ramblas. No podemos plantearnos la sustitución de árboles que están bien. Si los sustituimos tendríamos que esperar un siglo y medio.
Su trabajo tiene resultados muy a largo plazo.
— La profesión de jardinería es de las más desprendidas. Si lo haces bien, trabajas haciendo aportaciones a futuro y está muy relacionado con el cambio climático. Hay especies que funcionaban bien antes y ahora empiezan a presentar problemas, como los olmos, que son más frágiles.
¿Qué problemas sufren por el cambio climático?
— En los últimos años se ha recrudecido la isla de calor, la ciudad está más caliente. Para los árboles suponen muchas consecuencias. Por un lado tienes que cuidar la dotación de arbolado porque atenúa ese efecto de la temperatura y pero por el otro tienes que ir transformado la ciudad y sembrar árboles más resilientes que aguanten a lo largo de los años. La sociedad se está concienciando de la necesidad del arbolado.
Los ciudadanos participan en la plantación de árboles en Palma.
— Parte de la sociedad está concienciada y quiere ser partícipe del cambio, te piden hacer cosas.
El Consistorio quiere plantar 10.000 árboles a final de legislatura. ¿Qué finalidad tiene?
— Los árboles son atenuadores de temperatura y absorben la contaminación. Rebajan hasta nueve grados la temperatura en verano y reducen el consumo de aire acondicionado. Las calles con árboles son más pacificadoras para la salud mental y reducen el ruido y el vandalismo.
¿Cuánto tiempo necesitará el Canódromo para ser un bosque?
— Cuando plantas árboles hay que esperar cinco años hasta que aportan sombra. Si quieres árboles grandes, planta árboles pequeños. En jardinería necesitas 25 años para ver los resultados. Yo recogí el legado de Salvador Beltrán, el anterior jefe de Parcs i Jardins, que me decía que trabajamos para los que vendrán. El primer parque en el que trabaje fue el de ses Horts, en el año 1998.
En Palma hay muchas plazas duras, sin un gramo de sombra.
— Antes se pensaban las plazas para que fueran muy funcionales, pero no para el jardín, como punto de encuentro, donde pasa la barredora y el mercado. Hay espacios que se pueden repensar.
¿Hay suficientes parques infantiles en la ciudad?
— Después del confinamiento, cuando solo nos podíamos mover a un kilómetro alrededor del domicilio, nos dimos cuenta de que había gente que no tenía jardines. Hay zonas peor dotadas con edificios muy altos. También hay una dicotomía entre el parque de arena y caucho. Hay una vuelta a lo natural como elemento lúdico. Necesitamos áreas para todos y además, que sea inclusiva, para los niños y los papás con discapacidad.
Su blog tiene calado nacional y ha aparecido en medios como Radio 3. ¿Hay más interés por el medio ambiente urbano?
— Desde hace años se nota más. La idea de este blog era contar cosas del verde en positivo, hablar de la naturaleza urbana con un lenguaje comprensible para todos. Tenemos como colaboradores a un filósofo, hablamos de los huertos para personas con dificultades, hablamos con arquitectos. Y tenemos seguidores incluso de América Latina.