El portavoz del Gobierno del Ajuntament de Palma, Alberto Jarabo, ha anunciado este miércoles nuevas ayudas para los sectores de la restauración, el comercio y el turismo, los más afectados por la crisis sanitaria, al mismo tiempo que hizo un llamamiento a la calma tras la protesta de empresarios y autónomos.
«Desde el Ayuntamiento entendemos el hastío, el cansancio y la irritación de la ciudadanía tras un año de pandemia y de las restricciones promovidas para evitar contagios y muertes», ha dicho Jarabo. Pero, añade, «el mensaje tiene que ser claro: no podemos rendirnos, y éste, como otros gobiernos, tiene la obligación de tomar decisiones que se adapten a las circunstancias del momento».
El edil admitió que las medidas tomadas «son duras y traumáticas, ya que afectan a la economía de muchas familias y pueden afectar a la supervivencia de algunas empresas", e insistió en que «no se toman ni por capricho ni con voluntad de hacer daño, pero la prioridad absoluta es salvar vidas».
Jarabo dijo comprender que todas las ayudas que desde Cort y otras administraciones se han puesto en marcha hasta ahora «pueden no ser suficientes, de ahí que entendemos las reclamaciones legítimas que se puedan hacer desde determinados sectores».
Por eso aseguró que este mismo mes de enero ya empezarán a llegar las ayudas anunciadas para comerciantes y autónomos en Palma y anunció que se pondrán en marcha más líneas de ayuda para los sectores más afectados.
Tras la protesta crispada que se vivió este martes, el responsable municipal hizo un llamamiento a la calma. «Se entiende perfectamente la situación por la que atraviesan los sectores económicos, pero es muy importante no generar situaciones que puedan provocar más contagios», afirmó. «De ahí -añadió- que tenemos que cuestionar las formas que se pudieron ver en esa manifestación, además de condenar los insultos a periodistas».
Consideró que «cualquier reivindicación que aspire a mejorar derechos o preservar puestos de trabajo tiene que ser reconocida, pero en las circunstancias actuales hacerlo de esa manera, con esa concentración de personas, poniendo en riesgo sus vidas y las de personas cercanas entendemos que puede ser fruto de la desesperación pero no se debería volver a repetir».
Insistió en que «esto va de salvar vidas y que esa es la prioridad absoluta», pero también dejó claro que este objetivo debe ser «lo más compatible posible con la supervivencia económica de empresas y familias».