La plaza Fra Joan Alzina de Son Gotleu fue el lugar elegido este sábado por el colectivo Stop Desahucios para emprender una marcha por el barrio y anunciar una nueva ola de movilizaciones. El colectivo exige la paralización de desahucios «mientras dure la pandemia de la COVID-19, y más allá». También pide soluciones ante la «violencia inmobiliaria, institucional y policial», según sus portavoces.
La marcha, que recorrió Son Gotleu vigilada por los cuerpos de seguridad, acabó frente a las dependencias de la Policía Local. La convocatoria consiguió movilizar a unas cuarenta personas. Entre ellas había miembros de colectivos de izquierdas, vecinos del barrio y afectados por problemas con el pago de sus hipotecas, o con un contrato de alquiler a punto de expirar.
La movilización finalizó sin incidentes, salvo el episodio que protagonizó un hombre que paró la marcha durante dos minutos. Pedía enérgicamente que alguien fuera a socorrer a dos gatos, que según él hacía dos años que estaban atrapados en una madriguera.
Joan Manuel Segura, portavoz de Stop Desahucios, denunció que «Son Gotleu es el barrio más castigado y, en consecuencia, hay okupaciones por necesidad. Los bancos y los fondos buitre se han quedado con buena parte del barrio pero no lo controlan porque conseguimos parar un desahucio tras otro. Básicamente, pedimos que las familias trabajadoras puedan tomar el control de la situación que les ha tocado».
También habló con la prensa Alí Mehdad, ayudante de cocina de 46 años, que espera su sexto intento de desahucio el 1 de febrero. Tiene una hija de cuatro años. «Estuve viviendo de alquiler hasta que nació mi hija y me tuve que mudar. El banco se comprometió a hacerme un alquiler social y rompió su acuerdo. El del banco me engañó. Me dijeron que si pagaba las facturas de luz y agua me harían un alquiler social. Estoy buscando como loco un alquiler y no encuentro nada. Nos piden entre 800 o 1.000 euros al mes y para mi mujer, mi hija y yo, este coste es inasumible».