El comité de empresa de la EMT se reunirá con la dirección de la misma el próximo miércoles en el TAMIB para tratar de alcanzar un acuerdo que permita desconvocar los paros y la huelga prevista para septiembre. Pero los trabajadores no son optimistas porque algunas de sus exigencias ya se han negociado largamente con la empresa sin que se hayan acercado las posturas.
El portavoz del comité de empresa, Juan Antonio Salamanca, denuncia que uno de los puntos más polémicos es la privatización que se ha llevado a cabo por parte de Cort y del Govern del corredor de Cala Major. Para ello el TIB sacó a concurso la gestión de diversos corredores de Mallorca incluido éste de Palma. Se trata de la línea L199 que se opera desde hace casi un mes con los dos primeros autobuses de la nueva flota de Transports de les Illes Balears, dos autobuses que pertenecen al Grupo Ruiz.
«Clara competencia»
La línea, explica el portavoz, conecta la estación Intermodal con Cala Major «con pocas paradas, por lo que es más directo que la EMT, y más barato (1,50 euros) que el billete sencillo de la EMT (2 euros), aunque no si se utiliza tarjeta ciudadana». Esto, advierte, «supone una clara competencia para nuestras líneas (en este caso la 4, la 46 o la 47), algo que no había pasado nunca y consideramos que es muy grave». Además se teme que sea «el primer paso de la privatización por trozos de la empresa, no de toda ella pero sí de rutas como la del aeropuerto o la del Arenal que son muy golosas para las empresas privadas».
Los trabajadores alertan de que «esto supondría un desmantelamiento de la plantilla actual, así como el incremento de impuestos, pues solo quedarían a cargo de la EMT líneas deficitarias que ahora se compensan con otras más rentables» y aseguran que «no nos quedaremos con los brazos cruzados». Ante ello reclaman a la empresa un compromiso de que esta privatización será temporal y la garantía de que no habrá otras.
No es el único punto de difícil acuerdo, el comité exige también, entre otras reclamaciones, la restitución de las líneas a como estaban antes del estado de alarma, «pero no tienen intención de volver a ponerlas». Además de líneas que no están dando servicio, el comité también considera inaceptable «que haya trabajadores en su casa porque se les aplica una jornada irregular y buses nuevos en las cocheras sin salir».
A nivel interno se critica la gestión que ha hecho la empresa municipal de la pandemia. Por todo, los trabajadores ven muy difícil un acuerdo, más aún cuando tildan de «prepotente y pasota» la actitud de los responsables de la empresa. «Incluso nos consta que van diciendo que les va bien que haya huelga porque así se ahorran el salario de los empleados», lamenta Salamanca. «En vez de estar preocupados exhiben esa chulería, por lo que entendemos que difícilmente llegaremos a un acuerdo».