«No nos meteremos en política pero pedimos respeto». Así de tajantes y de dolidos se encuentran en la Hermandad de la Santa Caridad de Palma, cuyos miembros sintieron este lunes en carne propia el agravio a la figura de Juníper Serra, después de que unos desconocidos arrojaran pintura roja como una supuesta protesta antiracista en su estatua de la plaza de Sant Francesc en la capital balear.
Nada más conocer el acto vandálico, desde la junta de esta hermandad quisieron condenar los hechos contra uno de sus titulares. Asimismo, algunos miembros se desplazaron hasta el lugar para limpiar la pintura que «algún depravado lanzó».
En las redes sociales agradecieron el apoyo de las personas que se acordaron de la entidad ante el ataque, un tema que ha causado controversia en el Ajuntament de Palma, especialmente tras las palabras de la concejal de Unidas Podemos Sonia Vivas.
La responsable de concejala de familia, feminismo y LGTBI de Cort valoró este mismo lunes la pintada como «el reflejo del malestar que hay entre algunos ciudadanos de Palma respecto a lo que significa su figura a nivel internacional y su papel en la forzosa evangelización de los indios y el atropello a la cultura indígena»
Estas declaraciones avivaron las críticas de partidos de la oposición que poco tienen en común, como el PI y Vox, y provocaron unas declaraciones del alcalde de la capital balear, José Hila, mancando distancias con la edil de su propio equipo de gobierno.