Empadronarse en Palma o notificar un cambio de domicilio se ha convertido en una misión más que difícil, ya que no hay citas en ninguna de las nueve oficinas de atención al ciudadano (OAC) hasta el próximo 19 de agosto y no en todas las oficinas. La única salvedad era una cita para este martes a las 12:20 en la oficina de Son Moix porque un ciudadano anuló la suya.
Desde el servicio de atención de cita telefónica aseguraron a Ultima Hora que las citas solo se pueden coger con un mes de antelación.
Esta situación de colapso ha motivado las quejas de algunos ciudadanos, para los que poder empadronarse o cambiar su domicilio se ha convertido en una odisea; no es que no se puedan elegir oficina u hora, es que no hay disponibilidad en ninguna hasta el 19 de agosto. En el segundo trimestre del año se han contabilizado 21 quejas. Desde el departamento de calidad atribuyen este retraso a las vacaciones del personal y explican que se agrava aún más porque, aproximadamente, el 21 % de los demandantes de citas no se presentan.
La regidora del PP Montserrat Oliveras denuncia el colapso en los trámites relacionados con el padrón y ha registrado una pregunta en el pleno para pedir explicaciones. En este sentido, precisa que desde que registró la pregunta se han habilitado citas para la penúltima semana de agosto en algunas oficinas.
Oliveras lamenta el perjuicio que esto causa a los ciudadanos porque «el hecho de estar empadronado tiene repercusión en la solicitud de atención por parte de los Servicios Sociales, obtención de los descuentos de los certificados de residencia de viajes, solicitud de ayudas y subvenciones, tarjetas ciudadana para el transporte, tarjetas de ACIRE y de la ORA, o trámites diversos con otras administraciones».
Movimientos de población
Desde el departamento de Población del Ajuntament de Palma explican que en Palma se producen unos 100.000 movimientos de población al año.
En este sentido, señalan que se trata de una cifra muy elevada, que se ha incrementado en los últimos años.
La recuperación económica ha vuelto a convertir a la capital balear en un lugar apetecible para vivir para muchas personas, pese al elevado precio de la vivienda.