Un total de 17 entidades y asociaciones se han sumado a la petición que el Ayuntamiento de Palma ha trasladado al Gobierno y a Patrimonio Nacional para la cimera del rey Martí I el Humano y las diversas piezas que la acompañan regresen a Palma, ha informado Cort en un comunicado.
Estos objetos, que se exhiben en la Real Armería de Madrid, fueron reclamados por la autoridad real en la primera mitad del siglo XIX y Cort se vio obligado a entregarlos.
Instituciones culturales, académicas y cívicas de Baleares, así como las instituciones que participan de la Fiesta del Estandarte, han firmado la carta del alcalde, Antoni Noguera, dirigida a la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y al presidente del Consejo de Administración de Patrimonio Nacional, Alfredo Pérez de Armiñán.
El propósito es que las piezas originales de la cimera del rey Martí I puedan formar parte de la fiesta del Estandarte de Palma del 31 de diciembre, la fiesta civil más antigua de Europa.
El propio Martí I regaló su cimera a las autoridades de la isla, los Jurados del reino de Mallorca y les otorgó el derecho a usarla durante la Fiesta del Estandarte, declarada Bien de Interés Cultural el 4 de enero de 2008.
Tanto la cimera como el resto de objetos atribuidos a Jaime I fueron reclamados por la autoridad real y, en ningún caso, contó con el visto bueno del alcalde de Palma, ni de nadie del equipo de gobierno municipal de aquella época.
Entre las entidades que participan en la Fiesta del Estandarte y que han firmado la petición figuran la Confraria dels Cavallers de Sant Jordi, la Associació Tamborers de la Sala, la Escola de Música i Dansa y la Associació Cultural dels Xeremiers de Palma i Miquela Lladó.
También han dado su apoyo la Obra Cultural Balear (OCB), el filólogo y estudioso de la cimera Antoni Ignasi Alomar, el departament de Ciències Històriques i Teoria de les Arts de la UIB, Memòria de Mallorca, la Societat Arqueològica Lul·liana, la Reial Acadèmia Mallorquina d'Estudis Històrics, Genealògics i Heràldics, ARCA, Orgull Llonguet, el restaurador Pere Terrassa, el Cabildo de la Catedral de Mallorca, la Federació de Veïnats de Palma y la Defensora de la Ciutadania.