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Jaume Santandreu: «Los hombres hicieron a Dios a su imagen y semejanza»

El histórico luchador publica su nuevo libro 'Déu Meu', «mi evangelio personal», en el que incluye teología, sexo y política. | Pere Bota

| Palma |

Jaume Santandreu (Manacor, 1938), sacerdote rebelde y portaestandarte de la lucha contra la marginación, presenta el próximo día 13, a las 19.30 horas, en el Centre Cultural Sa Nostra , su nuevo libro, Déu meu, un total de 220 reflexiones de 220 palabras cada una donde expresa su «evangelio personal». Aborda su visión de Dios, del sexo y de la Santísima Trinidad. Asegura que «la formulación de la Santísima Trinidad es gay». Está orgulloso del prólogo de Antoni Serra y se emociona al hablar del epílogo, obra de Oriol Junqueras en la cárcel.

¿Cómo aborda su visión de Dios en el libro?
— Hay tantos dioses como personas: cada uno de nosotros moldeamos nuestro propio dios. El hombre no fue hecho a imagen y semejanza del Creador, sino al revés. Fueron los hombres quienes hicieron a su medida la imagen de su creador. Caso de existir, Dios se expresa desde muchas formas y perspectivas. No es tal y como nos lo ha presentado la formulación clásica. Vive en cada uno de nosotros.

También expresa una visión nueva de la Santísima Trinidad. ¿Por qué?
— Porque la escolástica clásica nos la presenta como tres hombres en uno. Esta formulación es gay. Lo lógico es que fuesen padre, madre e hijo, una familia. Los tres varones fundidos en uno fueron teorizados por algún fraile que se masturbaba por las noches y que no aportó una visión clara de la Trinidad. Es verdad que al Espíritu Santo se le representa como a una paloma. Pero se trata de un hombre, ¿cómo, si no fuese así, pudo dejar embarazada a la Vírgen María? Es comprensible que Dios se represente en tres personas, porque si fuesen dos se matarían la una a la otra. Pero tres hombres llevan a una concepción homosexual. De todas maneras, estoy al lado del colectivo LGTBI. En el libro digo que si alguno de los míos llega al Vaticano, sacaré a todos del armario.

En el libro usted reflexiona sobre la ‘eternidad orgásmica'. ¿Qué me dice sobre ella?
— No existe mejor momento para invocar a Dios que en medio de un orgasmo. Es un sabor de agradecimiento, de plenitud y de gracia. Nuestra esencia es placer. Por contra, la existencia del infierno se justificaría para sepultar a los castradores del hombre.

También aborda en ‘Déu meu' la relación del papa Francisco con la pederastia. ¿Qué cosas explica en el libro?
— El Papa ha optado por dar la cara. Pero pensemos cuánto dinero habrá tenido que pagar la Iglesia para tapar bocas. Es preciso afrontar los hechos.

Afirma que los conventos machacan a personas...
— La película Historia de una monja muestra de una forma diáfana y sensible la táctica diabólica del sistema: castrar, machacar a fuerza de humillaciones constantes y actos contra natura. Vemos a la mujer cazada en la trampa de una farsa mística para poder manejarla como una esclava.

Dice en su libro que no tiene enemigos...
— En el texto recuerdo una frase: ‘para ser amigo mío basta que me quieras. Para ser mi enemigo has de tener mucha categoría'. Reconozco que en libro soy provocador. Afirmo que desafío a todos los ateos y agnósticos del mundo. Si son tan valientes, ¿por qué no publican un manifiesto ridiculizando a Alá o a Mahoma y a la madre que los parió? También digo que no renuncio para nada a mi temperamento apasionado y radical.

¿Por qué en esta obra no entra a fondo en que los sacerdotes y monjas deberían poder casarse, así como también poder vivir libremente su sexualidad como el resto de ciudadanos en una democracia?
— Sí hago alusiones a la cuestión. En todo caso, pienso que la Iglesia debería permitir que los sacerdotes y monjas pudieran casarse. Es más, considero que es prácticamente la única organización importante que lo impide. Eso la convierte, en parte, en secta. ¿Qué pasaría si la ONU, en nombre de los Derechos Humanos, obligase a la Iglesia a permitir que los sacerdortes pudiesen casarse?

¿Cómo valora el prólogo de Antoni Serra y el epílogo de Oriol Junqueras?
— Estoy satisfecho del prólogo de Antoni y me emociona el epílogo de Oriol Junqueras, escrito en la cárcel. Oriol es un católico convencido. Ahora está sufriendo martirio en defensa de la liberación de su pueblo. Jesús también sufrió el calvario para redimir a los suyos y tuvo momentos en que se sintió abandonado. En el prólogo Junqueras, citando a Jaume I, dice que ‘la fe, sin obras, está muerta'. La presentación del día 13 debe ser un homenaje a su ejemplo.

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