Sigue la tormenta mediática y el tenso intercambio dialéctico con referencias a negocios de saunas y prostitución, que han centrado la controversia en las últimas horas entre los principales líderes nacionales. El cruce de acusaciones entre el Partido Popular y el Gobierno ha dejado una estela de declaraciones que evidencian que el panorama público español sigue severamente fracturado.
Este jueves el ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López, ha asegurado que el Gobierno sale «reforzado» del pleno celebrado el miércoles, donde según sus palabras se vio «el verdadero rostro» del líder 'popular'. López calificó a Alberto Núñez Feijóo como «el político más sucio que ha habido de primer nivel en España», durante su visita al Festival de Teatro Clásico de Almagro en Ciudad Real.
Las declaraciones del ministro responden a la alusión que este pasado miércoles hizo Feijóo en el hemiciclo, cuando acusó al presidente del Gobierno de ser «partícipe a título lucrativo del abominable negocio de la prostitución», preguntando «¿pero con quién está viviendo usted?», en clara referencia a supuestos negocios atribuidos al ya fallecido padre de Begoña Gómez, esposa del presidente.
Líneas rojas en política
A renglón seguido el secretario general del PP, Miguel Tellado, ha rechazado frontalmente las críticas recibidas y ha contraatacado asegurando que «las líneas rojas de la política las ha traspasado el PSOE» con ataques personales dirigidos a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Tellado defendió las palabras de su líder afirmando que la información sobre el negocio de saunas de la familia política de Pedro Sánchez era «conocida por todo el mundo».
Durante una entrevista concedida al programa 'Al Rojo Vivo' de La Sexta el nuevo número dos de los 'populares' justificó la mención que realizó Feijóo en el Congreso y recordó que el presidente del Gobierno también había atacado en su comparecencia a otros líderes autonómicos como el presidente andaluz, Juanma Moreno, el valenciano Carlos Mazón, o el de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, además del propio Feijóo.
«Hablar de líneas rojas desde el Partido Socialista cuando se insulta, se ataca, se crean falsas informaciones contra los políticos de la oposición, creo que el Partido Socialista no está en condiciones», manifestó Tellado, evidenciando la profunda brecha existente entre ambas formaciones políticas y el deterioro del clima parlamentario.
La recientemente elegida portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Ester Muñoz, también ha abundado en la polémica justificando las palabras de Feijóo sobre el negocio de «saunas-prostíbulos» vinculado a la familia política del presidente. «La verdad a veces es dura», señaló Muñoz durante una entrevista televisiva, añadiendo que resulta de un «cinismo absoluto» que Sánchez «utilice» la ley de abolicionismo de la prostitución para «blanquear su propio partido».
Este enfrentamiento se produce en un contexto donde el PP lleva meses denunciando presuntas irregularidades relacionadas con el entorno familiar del presidente, abarcando causas que interpelan a la esposa de Sánchez, o también a su hermano. Las referencias a los negocios del suegro de Sánchez no son nuevas en el panorama político español, pero la virulencia de las acusaciones cruzadas marca un punto de inflexión en la manera de entender el debate parlamentario en España.
Fuentes cercanas al Gobierno han calificado estas acusaciones como «una estrategia desesperada» del principal partido de la oposición ante su falta de propuestas políticas concretas.
Desde el entorno presidencial se insiste en que estas menciones constituyen un ataque personal que traspasa todos los límites de la decencia política y desvía la atención de los asuntos verdaderamente importantes para la ciudadanía española. Cabe recordar que, en ocasiones, al líder de la oposición se le afea su supuesta relación personal con el narcotraficante gallego, Marcial Dorado, con quien fue fotografiado en el pasado. Mientras tanto, la ciudadanía española observa con preocupación cómo el debate político se aleja cada vez más de sus problemas cotidianos, para centrarse en cuestiones personales que poco aportan a la solución de los desafíos reales.
AngelcaídoComo está la mosca cojonera, con el calor rabian.