Cientos de personas, entre ellos decenas de jueces y fiscales, se han concentrado este sábado frente a la sede del Tribunal Supremo para protestar contra los proyectos legislativos emprendidos por el Gobierno, que reforman el acceso a la carrera y el estatuto del Ministerio Fiscal. La concentración ha sido convocada por cinco asociaciones de jueces y fiscales que representan a la mayoría de la carrera judicial y fiscal y ha servido como antesala de la huelga de tres días convocada para el 1, 2 y 3 de julio por las mismas asociaciones.
En la manifestación, diferentes portavoces de estas asociaciones han pedido la retirada de ambos proyectos, que en su opinión amenazan la independencia judicial, al grito de proclamas como «Sin Estado de Derecho no hay democracia» o «Fiscalía imparcial».
Al hilo el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, ha asegurado este sábado que «ni una sola línea» de la reforma judicial que impulsa el Gobierno afecta a la independencia de jueces y fiscales.
En una comparecencia ante los medios, Bolaños ha respondido así a los jueces y fiscales que hoy se concentraron ante el Tribunal Supremo, ha considerado «infundadas» las críticas de estos colectivos contra esa reforma judicial y ha pedido respeto al poder legislativo. Bolaños ha comparado esta reforma judicial con la aprobación hace dos décadas del matrimonio igualitario, y ha pronosticado que «con el tiempo, como ha ocurrido con el matrimonio igualitario, las críticas se mostrarán injustificadas».
Lo más grave es que cuando gobierne el PP no revertirá el control del poder judicial que pretende el sachismo, ni tantas tantas otras cosas con las que dice no estar de acuerdo. El PP cuando gobierna nunca hace lo que defendía cuando estaba en la oposición, y a veces incluso lo mantiene para aprovecharse de ello. Es fácil acordarse de lo que Rajoy hizo, más bien no hizo, teniendo mayoría absoluta.