La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha alabado este jueves, durante la presentación del Belén de la Puerta del Sol, el mensaje «revolucionario» de Jesús, ha reivindicado las «raíces católicas universales» y ha defendido que «cuanto más odio», es necesario «más amor». En la Real Casa de Correos, donde también se han presentado las actividades del Gobierno regional de cara a la Navidad, la dirigente madrileña ha sostenido que «Jesús trae un mensaje de esperanza y de confianza, incluso en medio de los actos más atroces, su mensaje fue revolucionario, un antes y un después en la Historia de la Humanidad».
«Nuestras raíces católicas, universales, nos recuerdan que los hombres nacemos, ante todo, libres. Esa es la clave de la civilización cristiana: el hombre es libre hasta para decirle a Dios que no, incluso para el mal más absoluto que supone el terrorismo. Pero ahí se encuentra también nuestra esperanza. Si somos libres para hacer lo peor, también lo somos para hacer lo mejor, para hacer el bien, e incluso ser héroes», ha remarcado la jefa del Ejecutivo madrileño.
Para la presidenta, «es precisamente en los momentos más difíciles» cuando se nos pone a la sociedad «a prueba» y es cuando hay que «ser fuertes, mirar dentro» y encontrar «ese sentimiento que no se explica con palabras pero que mueve el mundo». «Es el amor y la esperanza, que extraen lo mejor de nosotros para seguir viviendo con nuestra mejor versión. Cuanto más odio, más amor. Cuanta más ira, respondemos con grandeza», ha manifestado a continuación.
Ayuso ha puesto el foco en que no se está en «momentos fáciles» porque, aunque «nunca lo fueron», ahora la vida en común «se ha complicado mucho». «Y por eso es cuando pido ser esa mejor versión de nosotros mismos y no perder nunca la fe y la esperanza en el milagro de la vida, que empieza cada mañana. Hemos de saber que todos somos únicos e insustituibles, que como vienen las dificultades vienen las alegrías. Y que al final, todo saldrá bien», ha apuntado.
Al tiempo, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha defendido que no se está en soledad porque «el humanismo cristiano», que fundamenta «la democracia liberal», sostiene que todos son «responsables los unos de los otros» y por eso hay que protegerse, cuidarse y no «dejar a nadie atrás». Considera que «responsabilidad es libertad» y ha sostenido que «el Niño Dios que nace en Belén» hizo «la promesa de libertad que trae la cultura cristiana, la más profunda de la Historia».
Por ello, ha aprovechado para agradecer a los que «cuidan» y «protegen, patrullando las calles o de guardia en los hospitales, o a tantas madres, padres, abuelos, profesores, cuidadores, vecinos y amigos». Además, ha dado las gracias por vivir «en un Estado de derecho que nace de esa forma de ver la vida, hija de Grecia, de Roma y de la cultura judeo-cristiana».
Se trata, para la presidenta, de «una perspectiva cristiana» que hace «ser conscientes de que nada de lo que les ocurra a otros hombres» es «ajeno» y deja la «promesa de la resurrección, de que la muerte no es el final». «Da igual que se tenga fe o no, porque tenemos la libertad de creer lo que queramos. Basta ser herederos de esta cultura y saber dejarla en herencia a los que vengan luego». ha trasladado.