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El PP y su posible cambio de postura sobre la gestación subrogada

Feijóo establece el punto de partida del debate interno que Rajoy aparcó hace cinco años

Feijóo (i), y el portavoz en el Senado Javier Maroto, dos personalidades dentro del PP que han apostado desde hace tiempo por regular la gestación subrogada sin posible pago a la gestante. | Efe

| Madrid | |

El PP de Alberto Núñez Feijóo se abre a regular la gestación subrogada en España. La noticia hace referencia a una cuestión poliédrica, en la que los populares habían rehusado hasta la fecha pronunciarse de forma clara. Los vientres de alquiler han suscitado debate y confrontación en el seno de la formación, hasta el punto de que en 2017 la dirección nacional decidió aparcar la controversia. Este pasado miércoles, con la noticia de Ana Obregón saliendo del hospital con un bebé gestado a través de esta opción en Estados Unidos, Génova apuntó a un posible volantazo en su estrategia en esta materia.

A menos de dos meses de las elecciones locales y autonómicas, y con el anuncio de plantear nuevamente el debate de la aprobación con condiciones de la gestación subrogada en nuestro país, parece imponerse en el PP la tesis del ala liberal, que es de hecho la misma postura expresada por Ciudadanos desde hace ya varios años, tal y como su portavoz, Inés Arrimadas, se ocupó de recordar en los corrillos políticos durante la vigilia. Esa postura colisionaba frontalmente con una parte del sector más conservador del PP, cerrado en banda ante esta opción.

En los Estatutos validados en el congreso de febrero de 2017, con Mariano Rajoy aun al frente de la formación, el PP señaló que en el ámbito de los vientres de alquiler «se encuentran los niños que llegan en este momento a España y que han nacido por gestación subrogada en otros países», una realidad «sobre la cual existen opiniones y posiciones diversas». Feijóo, en calidad de presidente de la Xunta de Galicia, era de aquellos barones territoriales que veían con buenos ojos una postura abierta en la línea de otros casos en países occidentales que han abordado esta problemática legislación.

Los populares apuntaron entonces que se trata de una realidad «muy delicada y extremadamente sensible». En consecuencia, este asunto «requiere un debate en profundidad, serio y sereno» que, tras escuchar a los expertos del ámbito científico, jurídico y ético, permita «dialogar, debatir y construir juntos un posicionamiento que dé una respuesta clara y de amplio consenso ante un tema tan importante que afecta a la vida, la dignidad humana y a la conciencia de todos». Como plasman estas líneas extraídas de los Estatutos del PP, Rajoy no se ‘mojó' en 2017; no se decantó ni por una corriente ni por otra en un momento crítico, donde las rencillas de las familias del PP dificultaban el acuerdo.

Ahora Feijóo sí parece decidido a entrar en el fondo de la materia, atendiendo a las informaciones conocidas en las últimas horas que establecen la única línea roja del pago a la mujer gestante. Fuentes de la formación conservadora afirman que el debate interno se postergará hasta pasadas las elecciones generales, aunque la casilla de inicio será la apuesta por la regulación ante casos como el citado anteriormente.

Asimismo, cabe incidir en que Ciudadanos ha sido el partido político que hasta la fecha más había planteado la discusión de la regulación de la gestación subrogada en España, una materia que aúna implicaciones económicas, sociales, políticas, morales y de credo.

Hay quien señala que, de este modo, los naranjas pueden tener ante sí una oportunidad de oro para reactivarse en la discusión pública. Quizás puedan así ganar en popularidad y resistir el empuje de los populares en las urnas, que vienen arrebatándoles terreno en las últimas convocatorias.

La tesis de CS de la cual aparentemente no se ha movido en los últimos tiempos contempla la gestación subrogada altruista al estilo de otros Estados occidentales, como Canadá o Portugal. Sin embargo, los expertos coinciden en señalar que este tipo de maternidad subrogada por la cual no se realiza transacción económica alguna, más allá del coste del parto y algún cuidado en el embarazo, apenas cuenta con voluntarias que muestren disposición a pasar por el trance de gestar y alumbrar una criatura de forma desinteresada. Además, no ha hecho desaparecer el fenómeno del turismo de vientres de alquiler en los bolsillos pudientes de estos países, donde los más ricos siguen recurriendo a clínicas especializadas en países como Estados Unidos; solo allí el negocio anual alrededor de la gestación subrogada mueve 15.000 millones de dólares, y va en aumento.

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