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Guerra en el PP

Los barones evitan respaldar expresamente a Casado y le piden que actúe ya

El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz. | Efe - Luis Tejido

| Madrid |

Mientras la guerra en el PP sigue abierta, las posiciones se mueven y son varios los dirigentes territoriales, incluidos los afines a Pablo Casado, que han dejado de alinearse expresamente con la dirección nacional y hay incluso algunos, como el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, que le ha pedido medidas urgentes. Según han indicado varios dirigentes territoriales del PP a Efe, durante este fin de semana, los presidentes autonómicos han pedido, en privado y con Feijóo como portavoz, que Casado tome ya decisiones para frenar la sangría en el PP por su guerra con la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Este lunes, un día después de que miles de seguidores de Ayuso pidiesen en Génova la dimisión de Casado y de su número dos, Teodoro García Egea, y un congreso extraordinario, varios dirigentes del PP han evitado en público situarse expresamente del lado de Casado.

Entre quienes no han dado su apoyo público a Casado figura el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que ha evitado acudir a la reunión del Comité de Dirección del PP. Todo ello en una jornada en la que también ha trascendido que busca dejar, de común acuerdo, la portavocía nacional del PP, como han informado a Efe fuentes de su entorno. Martínez-Almeida tenía un encuentro con el embajador de Chile y después no ha acudido a Génova porque, según han señalado fuentes de su equipo, está centrado en preparar su intervención para el pleno del ayuntamiento de la capital.

En el País Vasco, otros de los afines a Casado, Carlos Iturgaiz, que la semana pasada cerró filas con el líder del PP, ha evitado ahora respaldarle. «Yo estoy con las siglas del Partido Popular, que están por encima de cualquier persona y personalismo, por las que muchos entregaron su libertad y su vida», ha sostenido. Enrique López, vicesecretario de Justicia del PP pero también consejero de Presidencia de Díaz Ayuso, ha dado respaldado a la presidenta madrileña al sostener que está «orgulloso» de pertenecer a su Gobierno y de «seguir contando» con su confianza.

En la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, al que la cúpula de Casado puso al frente del partido, ha hablado de diálogo y unidad y, preguntado por dimisiones, ha dicho que «es el momento de que todos pongan lo mejor de sí mismos para que, con diálogo y generosidad, podamos resolver esta situación lo antes posible». Además, el presidente del PP de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha dicho que trasladará de forma directa a Casado su opinión aunque eso sí, he pedido que el problema se ataje «de manera inmediata». Todas las miradas siguen puestas en Núñez Feijóo, que sin paños calientes ha reclamado a Casado que tome decisiones «complejas» para salvar al PP del «colapso».

Feijóo no ha revelado si ha pedido o no a Casado que convoque un congreso extraordinario, aunque ha dicho que el líder del PP sí conoce cuál es su opinión. «Cuando no se zanja una crisis en el primer tiempo, la hemos de zanjar en el segundo y definitivo», ha sostenido además desde Ourense. Casi al mismo tiempo, y desde una biblioteca pública en Boadilla del Monte, la otra protagonista del choque, Isabel Díaz Ayuso, ha dicho que la celebración de un congreso nacional extraordinario del PP se tendrá que decidir estos días, al tiempo que ha precisado que «hace falta un giro absoluto» en el partido porque la situación «es insostenible y cada día peor». No obstante, se ha descartado ella misma de la carrera por el liderar el PP.

«Cuando yo he dicho que mi sitio es Madrid es porque mi sitio es Madrid y quien ha intentado ver aquí una guerra de intereses entre Ayuso y Casado se equivoca por completo y esta es la demostración», ha asegurado. Si Casado evita convocar un congreso extraordinario, sus críticos necesitan reunir a dos tercios de la Junta Directiva Nacional, un órgano formado por centenares de miembros, para forzar la convocatoria del cónclave. Dirigentes territoriales consultados por Efe creen que Casado podría atrincherarse pero, en ese caso, advierten otras voces críticas con Génova, se estaría destruyendo al PP. Casado sigue reunido con su equipo en Génova, tras casi cuatro horas, mientras crece la presión para que se marche.

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