El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha denunciado este lunes en Ceuta haber sido víctima de una «operación planificada» por la «mafia» del PSOE para, con «la colaboración criminal y corrupta de la Delegación del Gobierno», conseguir «acallar» a su partido, que finalmente no ha podido celebrar ni el mitin prohibido por la autoridad gubernativa con respaldo judicial ni la rueda de prensa al aire libre por la que lo sustituyó posteriormente ante la presencia de cientos de personas, en su inmensa mayoría ceutíes de confesión musulmana, increpándole por «racista» e instándole a «irse» de la ciudad.
En declaraciones a los medios en el interior del Parador La Muralla, que ha sido rodeado por un gran cordón policial, Abascal ha asegurado no obstante irse «satisfecho» por haber logrado «que los extremistas se retraten en Ceuta y que el PSOE, que actúa como una mafia corrupta, también».
«Ha utilizado a la Delegación del Gobierno que encabeza la madre de la jefa de Comunicación de Pedro Sánchez para impedir derechos fundamentales de los españoles como los de reunión y manifestación de Vox y, al mismo tiempo, ha consentido una concentración completamente ilegal que no ha sido disuelta y que nos ha impedido incluso dar una rueda de prensa», ha lamentado.
El líder de Vox también ha cargado contra la «complicidad» del PP de Ceuta, que según ha dicho «ha firmado un documento criticando nuestra posibilidad de manifestarnos junto al PSOE y a dos partidos (MDyC y Caballas) que en realidad son quintacolumnistas de Mohamed V».
«Todo esto ha sido una operación planificada, probablemente por agentes de distintos servicios secretos, igual que el asalto a la valla por más de 10.000 personas, y mientras se ha permitido una manifestación ilegal al grito de 'Alah Akbar' y de 'Sánchez presidente», ha lamentado.
A juicio de Abascal «todo esto lo hacen porque no podían tolerar la imagen de la semana pasada, cuando Sánchez sólo vino a Ceuta a una reunión institucional, y hoy han desplegado una operación política perfectamente orquestada que ha sido eficaz para impedir nuestros derechos fundamentales».
«No quieren que sus votantes escuchen a los que decimos la verdad hablando de invasión, que denunciamos el secuestro y reparto por todo el territorio nacional de menores a los que buscan sus padres en Marruecos, que queremos unas fronteras seguras y militarizadas, unas fuerzas de seguridad y un Ejército con medios materiales y jurídicos. Nos quieren acallar», ha concluido, «porque hay un plan para traer a España a 250.000 inmigrantes al año hasta 2050, ocho millones de personas que acabarán recibiendo las ayudas sociales que no llegan a los españoles y condenando a los jóvenes españoles sin futuro ni empleo ni vivienda».