La nueva ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, pasa al primer plano como premio a los años de trabajo entre bambalinas para Pablo Iglesias, con quien comparte el estilo de mantener un tono duro frente a los socios del PSOE y verbalizar sin tapujos las discrepancias.
A sus 33 años, es la segunda ocasión que Belarra asume de forma repentina un papel principal para Podemos. En 2018 pasó de la última fila del Congreso a sustituir durante su baja de maternidad a la entonces portavoz, Irene Montero, un papel por el que recibió el premio de «diputada revelación» de los periodistas parlamentarios.
Navarra, perfeccionista y, por encima de todo, leal, forma parte del pequeño núcleo de toma de decisiones del que se rodea Iglesias, si bien en esta ocasión no conocía de antemano la intención del vicepresidente segundo de dejar el Gobierno y confiarle a ella su ministerio.
En él trabajaba desde enero del año pasado como la primera secretaria de Estado para la Agenda 2030, puesto que le ha valido el reconocimiento de asociaciones cívicas y sociales. Por el momento ha logrado la aprobación de las directrices de los objetivos de desarrollo sostenible que se presentarán en julio ante la ONU.
Además de su cometido al frente de la Secretaría de Estado, Iglesias le ha confiado el papel de negociadora con el PSOE, tanto en los presupuestos -en este caso junto con Nacho Álvarez, también secretario de Estado- como en otras políticas clave para Podemos como la de Vivienda.
Forma parte de la comisión de coordinación que analiza las diferencias entre el PSOE y Unidas Podemos en la coalición y tuvo un papel principal en las negociaciones con los socialistas, tanto en las del verano de 2019 que fracasaron y llevaron a la repetición electoral como en las que finalmente desembocaron en la investidura.
Una vez en el Gobierno, Belarra negoció la prohibición de los desahucios sin vivienda alternativa mientras durase el estado de alarma y ha asumido en primera persona la negociación de la ley de vivienda con el ministerio que dirige el socialista José Luis Ábalos, de momento encallada.
Hasta ahora han sido pocas sus intervenciones públicas, aunque sí ha dejado ver su estilo directo y beligerante 'de marca Podemos' en sus confrontaciones con la ministra de Defensa, la socialista Margarita Robles, a quien ha acusado de dejarse adular por la derecha mediática o de ser «la ministra favorita de los poderes que quieren que gobierne el PP con Vox».
Desde este martes, se sentarán juntas en el Consejo de Ministros, ambas bajo la dirección del socialista Pedro Sánchez.
Nacida el 25 de septiembre de 1987 en Pamplona, Ione Belarra es licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid, graduada en Integración Social y máster en Psicología de la Educación en la misma universidad.
Antes de entrar en Podemos, participó en distintas organizaciones y movimientos sociales, especialmente en la lucha por los derechos de los migrantes, y trabajó para Cruz Roja y la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).
En la universidad coincidió y entabló una estrecha amistad con Irene Montero, de cuya mano entró a la militancia y la dirección de Podemos en 2014 y un año después al Congreso como diputada por Navarra, puesto que ha revalidado desde 2015 y al que no renunció tras su nombramiento como secretaria de Estado.
Como portavoz adjunta de Irene Montero en el Congreso, coordinó el grupo parlamentario en un momento de gran tensión interna en la formación, cuando Íñigo Errejón perdió el envite a Iglesias y seguía con los suyos dentro de un grupo muy fragmentado.
Belarra forma parte de la Ejecutiva de Podemos como número 4, por detrás de Iglesias, Montero y el secretario de Comunicación, Juanma del Olmo, y se ocupa de la coordinación ejecutiva del partido.
Es madre de una bebé y aficionada al cine, al patinaje y a bailar electrocumbia, aunque apenas tenga ahora tiempo libre, situación que a buen seguro no mejorará en adelante, cuando la salida de Iglesias de la coalición la convierta en una de las ministras que lleve el peso de los enfrentamientos con los socialistas.