El debate está servido. ¿Deben los políticos y militares vacunados de coronavirus en España sin seguir el orden de vacunación recibir la segunda dosis de la vacuna? Sobre ello hay posturas divergentes. En las últimas horas el presidente de la Comunitat Valenciana, el socialista Ximo Puig se mostró claro. Su postura, sin embargo, fue rebatida desde un punto de vista médico y epidemiológico por parte de una voz autorizada como lo es Fernando Simón.
Las renuncias del JEMAD, el general Miguel Ángel Villaroya, y de la alcadesa de Molina de Segura, Esther Clavero, han sido las últimas consecuencias de un fenómeno que arrancó la semana pasada con la dimisión del consejero de Salud de la Región de Murcia, exigida por sus propios socios de gobierno así como todo el arco parlamentario.
Ante la deriva de cargos y representantes públicos que se han administrado la vacuna del coronavirus sin que su situación se contemple como prioritaria, el presidente de la Generalitat valenciana se mostró partidario de que esas personas «no deben recibir la segunda dosis porque se han vacunado improcedentemente».
Este razonamiento, sin embargo, no tiene mucho sentido desde el punto de vista epidemiológico, y así lo dejó claro el responsable de comunicar los detalles de la pandemia del coronavirus en España. Simón dijo que, según su criterio, tiene poca lógica, y supondría incurrir en un segundo error después del primero que fue saltarse la cola de vacunación.
No obstante, Simón dejó claro que independientemente de recibir o no la segunda vacuna contra la COVID, esos representantes públicos deben asumir responsabilidades.