El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha criticado que el Gobierno quiera legislar «rápidamente» sobre el teletrabajo y ha pedido «mesura» ya que ha avisado de que si a una empresa le ponen condiciones imposibles de cumplir puede contratar fuera de España, en Portugal o en Brasil.
«Si tengo que contratar y se me ponen condiciones imposibles y que no pueda gestionar a mi plantilla, es que yo mañana puedo contratar en Portugal...El mundo es global y la digitalización es global. Cuidado cómo se plantea esto», ha advertido Garamendi en una entrevista en Onda Cero.
Según el anteproyecto de ley del Gobierno para regularlo, adelantado por El País, las empresas deberán sufragar «en su totalidad» el desarrollo del teletrabajo que no podrá conllevar gastos, directos o indirectos, para el empleado «relacionados con los equipos, herramientas y medios vinculados al desarrollo de su actividad laboral».
El presidente de la patronal de empresarios ha señalado que el trabajo no presencial está bien como planteamiento de conciliación familiar y laboral y como elemento de flexibilidad pero ha señalado que tiene desventajas para la empresa como la falta de trato personal y físico.
«Si gestionamos una empresa sin el trato personal, la unidad de empresa se pierde», ha dicho al tiempo que ha reconocido que el teletrabajo ha sido imprescindible para poder enfrentar la crisis del coronavirus pero que «es una situación que no es la ideal».
Garamendi ha insistido en que esta forma de trabajo tiene muchas ventajas si está bien gestionada pero ha advertido: «cuidado con poner criterios que lo haga poco atractivo o lo plantee con rigidez», en relación a la empresa.
En este sentido se ha referido a tener que asumir gastos como la luz o el teléfono.
El anteproyecto no detalla el mecanismo con el que deberán cuantificarse estos gastos ni la forma de compensación y emplaza a fijarlo en el marco de la negociación del convenio colectivo o con acuerdo entre la empresa y los trabajadores, aunque podría consistir en complementos específicos.
Garamendi también se ha referido a los accidentes de trabajo durante la jornada laboral en casa y ha dicho que «no sería lógico que si luego se hace un huevo frito y le salta el aceite sea un accidente laboral».
Asimismo ha ironizado con que «el teletrabajo igual que ha habido gente que ha trabajado muchísimo, también permite que se trabaje menos».
El dirigente de la CEOE ha pedido al Ejecutivo que no legisle con prisa y haga un planteamiento reposado y con tranquilidad.
Por su parte, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha defendido que la regulación del teletrabajo es «una necesidad objetiva», ya que durante el confinamiento miles de trabajadores lo han empleado en sus casas y con sus propios medios.
Álvarez ha destacado que son las empresas las encargadas de asumir todos los materiales que el trabajador necesite en su casa, no solo la conexión a Internet, sino también la propia situación de las viviendas, que considera que «no siempre cumplen con las condiciones requeridas de seguridad y salud».
Por ello, para el sindicalista es «importante» que haya una ley que lo regule, sobre todo dejando claro la jornada laboral a desarrollar durante el teletrabajo y defina otros aspectos más concretos que se trasladen a la negociación colectiva.
Asimismo, Álvarez cree que son los convenios sectoriales y de empresa los que tienen que plasmar toda la realidad de esta forma de trabajo a distancia, así como el funcionamiento del mismo.
Poco después, la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ha defendido la regulación del teletrabajo que está preparando el Ministerio de Trabajo y ha indicado que, por el momento, sólo hay «borradores» que deberán negociarse y concretarse en el diálogo social.
Al término de la reunión del Consejo de Ministros extraordinario, Montero indicó que ahora sólo hay «propuestas de trabajo» que habrá que «profundizar en el marco del diálogo social con una nueva regulación de una nueva realidad que ha venido para quedarse».
En este sentido, dijo que el teletrabajo se ha acelerado mucho con motivo del confinamiento, por lo que el Gobierno quiere regular esta nueva realidad para conjugar, por un lado, los derechos de los trabajadores y, por otro, los derechos de las empresas para regular las obligaciones «exigibles y medibles» y su impacto en la productividad.
«En definitiva, establecer una regulación de esta situación para que no haya explotación fuera del horario laboral o una mayor dedicación sin remuneración, pero también para que tengan compromisos y obligaciones exigibles y medibles sobre la productividad», reiteró.
El Ministerio de Trabajo ha enviado a audiencia pública un anteproyecto de ley sobre el teletrabajo, en el que los empleados que teletrabajen tendrán derecho al «horario flexible» y podrán «alterar» dicho horario respetando la normativa sobre tiempo de trabajo y descanso, salvo en el caso de los tiempos de disponibilidad obligatoria o los límites que se hubieran acordado.
Además, el texto normativo fija que los costes que conlleve para el trabajador el desarrollo del trabajo a distancia deberán ser sufragados en su «totalidad» por la empresa.