El 85,7 por ciento de los pacientes hospitalizados por COVID-19 en España ha recibido hidroxicloroquina y el 62,4 por ciento lopinavir/ritonavir, según el estudio 'Clinical characteristics of patients hospitalized with COVID-19 in Spain: results from the SEMICOVID-19 Network', elaborado por la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y publicado en la plataforma 'medRxiv'.
Se trata del primer «gran registro» clínico nacional multicéntrico y retrospectivo sobre COVID-19 que contiene, a día de hoy, datos de 12.213 pacientes hospitalizados por coronavirus (dados de alta o fallecidos) y en el que participan 604 investigadores de 146 centros hospitalarios de todas las comunidades autónomas, especialmente de Madrid, la cual aporta aproximadamente un tercio de los casos analizados.
En el estudio se han incluido datos epidemiológicos y clínicos, pruebas adicionales al ingreso y a los siete días, tratamientos administrados e información sobre el progreso del paciente Covid-19 a los 30 días de hospitalización. La inmensa mayoría de los enfermeros han sido personas mayores, hombres y que padecían con múltiples comorbilidades.
«El registro sitúa a la SEMI a la vanguardia del conocimiento sobre COVID-19. Este importante estudio multicéntrico sobre COVID-19 impulsado por los internistas, el mayor y más completo que existe a nivel nacional, y uno de los más extensos que hay, a día de hoy, en todo el mundo, proporciona numerosas claves clínicas y diagnósticas de la patología por SARS-CoV-2», ha dicho el presidente de la SEMI, Ricardo Gómez Huelgas.
Además, tal y como ha apostillado el responsable del 'Registro SEMI-COVID-19' y primer firmante del artículo, José Manuel Casas, el trabajo permite conocer cuáles son las comorbilidades más frecuentemente detectadas entre los pacientes españoles con COVID-19, en comparación a enfermos de otros países, así como cuáles son sus síntomas más habituales a la llegada al hospital o cuáles han sido los valores anormales detectados, de forma más usual, en las pruebas de laboratorio.
«El gran número de pacientes incluidos y el importante volumen de datos recogidos permitirán obtener nuevas e importantes evidencias científicas y respuestas sobre múltiples aspectos de la enfermedad producida por el SARS-CoV-2, que permitirán crear algoritmos que predigan qué pacientes van a evolucionar peor o cuáles de los tratamientos empleados se han mostrado más eficaces y en qué tipo de pacientes han funcionado mejor», ha aseverado.
Y es que, tras analizar 6.424 pacientes de 109 hospitales, los expertos han comprobado que la mediana de edad de situaba en los 69,1 años y que el 56,9 por ciento eran hombres. Las comorbilidades más frecuentemente detectadas, han sido la hipertensión (50,2%), dislipidemia (39,7%) y diabetes mellitus (18,7%); similares a las descritas en otras series occidentales, pero todas fueron más frecuentes entre los pacientes españoles.
Asimismo, los síntomas informados a la llegada del hospital han sido, predominantemente, fiebre (86,2%) y tos (76,5%), aunque la mialgia y la anosmia fueron menos comunes que en series de datos de otros países. Esto puede explicarse por una diferencia potencial en los criterios de admisión y alta hospitalaria.
La mortalidad por el nuevo coronavirus observada ha sido similar a la observada en algunas series de datos de China y de Estados Unidos, si bien, tal y como han informado los expertos, es «mayor» que la descrita en Italia e inferior a la cifra observada en el Reino Unido. A juicio de los investigadores, los factores demográficos, como la edad o las comorbilidades, pueden explicar parcialmente las diferencias en la mortalidad.
De hecho, en Italia la mayor carga de enfermedad se limitó a la región de Lombardía, mientras que en España «se ha distribuido más ampliamente», si bien la «mayoría» de los pacientes incluidos en el estudio han sido de Madrid, una de las regiones «más afectadas» por el COVID-19 y donde la situación es comparable a la del norte de Italia.
Finalmente, el 31,5 por ciento de los pacientes españoles, según estos primeros resultados preliminares, desarrolló dificultad respiratoria y la mortalidad fue del 21,1 por ciento, con un marcado aumento en función de la edad, dado que, por ejemplo, en el 80-89 años, ha llegado hasta el 42,5 por ciento.
Finalmente, un alto porcentaje de pacientes analizados ha presentado valores de laboratorio anormales al ingreso, con un perfil «inmunoinflamatorio» deteriorado. Fundamentalmente, la linfopenia (52,6%) y los niveles elevados de dímero D (61,5%), lactato-deshidrogenasa (70,2%) y ferritina (72,4%) han sido los hallazgos más frecuentes.