El plan aprobado este sábado por el Govern de Catalunya, que soslaya el controvertido «pasaporte de inmunidad» propuesto por Oriol Mitjà, prevé un desconfinamiento gradual con distintas estrategias en función de los sectores profesionales o las zonas geográficas, diferenciando entornos urbanos de rurales.
El informe aprobado apuesta por el desconfinamiento gradual, con medidas «escalonadas y correctivas si es necesario», cuando las UCI de los centros sanitarios catalanes se sitúen al 20 % de su capacidad: actualmente, ha detallado Torra, hay ocupadas 1.200 camas de cuidados intensivos, el doble que en una situación normal.
En una primera etapa, podrían dejar el confinamiento personas sanas que trabajen en sectores no esenciales, después se permitirían salidas controladas de algunos sectores, como los mayores de 65 años, siempre estableciendo franjas exclusivas y obligando a guardar el distanciamiento social.
El plan -que a día de hoy el Govern carece de competencias para implantar- prevé una siguiente etapa en la que se permitiría la apertura gradual de comercios no esenciales, primero los de menor aforo, y posteriormente bares y restaurantes, con restricciones en cuanto a actividad, distancias y medidas de protección.
Seguirían las escuelas y los equipamientos culturales y deportivos de uso individual -con aforos limitados a 30 personas- y, por último, se autorizarían los eventos musicales, deportivos y culturales masivos siempre que el riesgo de contagio sea «muy bajo».