Los monjes de la Abadía del Valle de los Caídos están «consternados» ante la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco y consideran que es una «profanación» el estado en el que los operarios han dejado la basílica.
Los restos de Francisco Franco han salido de la basílica del Valle de los Caídos unos minutos antes de la una de la tarde.
A hombros de sus familiares, entre ellos sus nietos Francis, Jaime y Cristóbal y su bisnieto Luis Alfonso de Borbón, el féretro ha traspasado la puerta de la basílica de Cuelgamuros, en la que el dictador ha estado enterrado desde el 23 de noviembre de 1975.
Fuentes de la Abadía han explicado a Efe que se vive la situación con «consternación» ya que los trabajadores que han llevado a cabo la exhumación «han dejado patas arriba la basílica».
«Todo está sucio, movido y eso nos rompe el corazón. Es la profanación de un templo lleno de polvo y suciedad», han criticado estas mismas fuentes.
En este sentido, subrayan que el prior de la Abadía, Santiago Cantera, siente «pena y mucho dolor» por el estado en el que han dejado la iglesia, así como los acontecimientos que se han desarrollado en las últimas semanas con la Guardia Civil.
Estas mismas fuentes recuerdan que el padre Cantera ya explicó hace unos días que es diferente el derecho de exhumar los restos de Franco con la «profanación» de una iglesia.
Asimismo, reiteran que están dolidos por la «profanación del templo» ya que para ellos es la «casa de dios» y todo «está removido y desordenado».
No obstante, subrayan que los monjes benedictinos ahora lo que quieren es «recuperar la serenidad y la paz» con su lema de 'ora et labora' (reza y trabaja).
Para finalizar, argumentan que «están serenos» ya que su vida está dedicada a la «oración y el trabajo sin fin político». «Rezar por todos los caídos por España», concluyen.