El extesorero del PP Luis Bárcenas y su mujer, Rosalía Iglesias, mantuvieron un encuentro en la prisión de Soto del Real poco después de que ella ingresara en el centro y tras solicitarlo su marido porque los últimos miércoles de cada mes se producen estos vis a vis entre internos con algún parentesco.
Fuentes sindicales de prisiones han indicado que, si bien la situación es legal, es también «muy extraordinaria» y «muy excepcional» al cursar Bárcenas la solicitud de dicha comunicación antes de que el tribunal de Gürtel acordara el ingreso en prisión de Rosalía Iglesias y de que ésta lo hiciera en Soto del Real (Madrid).
Desde Instituciones Penitenciarias han subrayado que en ningún momento se ha producido un trato de favor hacia los dos reclusos y niegan que dicha comunicación haya sido extraordinaria, sino de carácter ordinario.
En este sentido, las fuentes penitenciarias explican que el último miércoles de cada mes se producen las comunicaciones «intermodulares» entre internos, ya que hay parejas o familias dentro de la prisión pero que están recluidas en módulos distintos.
De esta forma, y una vez acreditado el parentesco tras solicitarlo alguno de los afectados, los internos acuden a este tipo de encuentros, autorizados siempre por la prisión.
«Se trata de un procedimiento absolutamente ordinario y, de no habérselo concedido, habría habido un trato de desfavor», insisten las fuentes, mientras que desde el sindicato Acaip reiteran que, sin ser «ilegal», no es nada habitual que estas comunicaciones se concedan a internos recién llegados a prisión.
También «extraordinario» consideran la decisión de que Jesús Sepúlveda, exalcalde de Pozuelo de Alarcón (Madrid) y exmarido de Ana Mato, pasara su primera noche en un módulo ordinario y no en el habitual de ingresos en el que pasan sus primeras horas e, incluso días, los reclusos que entran por primera vez en la cárcel antes de ser trasladados a otros módulos.
Fuentes penitenciarias aclaran que «no es obligatorio» que este tipo de internos entren en el módulo de ingresos y que, en cualquier caso, son los responsables del centro, después de completar el protocolo habitual de toma de huellas, fotos y servicio médico, los que aconsejan que un recluso preventivo pase directamente a un módulo de vida ordinaria.