El Fondo Monetario Internacional (FMI) dio ayer el espaldarazo a la recuperación de la economía española al subir las previsiones de crecimiento al 1,2 % para este año y al 1,6 % para 2015, aunque reiteró que el legado de la crisis persiste con una tasa de desempleo «inaceptablemente alta».
En la publicación del informe detallado de revisión anual de la economía de España, el Fondo modificó al alza sus pronósticos de crecimiento para el país, que durante su asamblea de mitad de año en abril había situado en un 0,9 % para este año y en un 1 % para 2015. Hace medio año las previsiones eran menos optimistas ya que preveía una subida del 0,6 por ciento.
«La economía ha doblado la esquina, la recuperación va bien encauzada y las perspectivas son mejores que hace un año gracias a los esfuerzos de la sociedad y las medidas adoptadas», afirmó James Daniel, responsable de la misión para España, en conferencia telefónica para presentar el informe.
El organismo dirigido por Christine Lagarde achacó esta mejoría en las perspectivas económicas para España al fortalecimiento de las condiciones financieras y la confianza en la zona, el rebote de la inversión empresarial asociado a las exportaciones y el progreso en el mercado laboral.
Desempleo
Sin embargo, no todo son buenas noticias en el detallado informe del Fondo, que recuerda la «persistencia del legado de la crisis», principalmente con una tasa de desempleo del 26 %. De cara al futuro, prevé un descenso gradual, hasta el 24,9 % este año y 23,8 % en 2015, aunque hasta el 2019 no anticipa que baje del 20 por ciento.
Ante un mercado laboral que considera que se mantiene «altamente fragmentado», el Fondo insta a tomar medidas para facilitar la contratación, especialmente en el caso de los empleados de baja formación. Por ello, apunta como una de las opciones reducir las contribuciones a la Seguridad Social de los empleadores de trabajadores de baja formación, que calificó como «unas de las más altas de Europa» y un «obstáculo a la demanda de trabajadores».
Asimismo, hace referencia al ritmo de consolidación fiscal que actualmente en marcha y que considera apropiado. Es necesario mantener «un equilibrio» en el esfuerzo fiscal que no sea «excesivo» para ahogar la recuperación ni demasiado suave para afectar a la estabilización de la economía, aseguró Daniel.