El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, prometió ayer que no le «temblará la mano» si alguna vez tiene conocimiento de que se cometen irregularidades en su partido, porque es su responsabilidad garantizar que el PP «se siga comportando y siga siendo percibido así por la ciudadanía».
Así aludió Rajoy, durante su discurso de clausura en la reunión intermunicipal del PP, a la que ha llamado «lamentable polémica» en la que está inmerso su partido debido al descubrimiento de las cuentas suizas de su extesorero Luis Bárcenas o a las informaciones que apuntan que hubo sobresueldos en B, lo que la dirección ha negado.
Rajoy pidió a los representantes 'populares' que estén «tranquilos» porque el partido «siempre ha reaccionado con transparencia o rigor cuando ha estado en cuestión» y siempre ha actuado «en consecuencia» ante «comportamientos irregulares».
En su discurso, Rajoy nombró a la actual secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y a sus dos predecesores inmediatos en el cargo -Javier Arenas y Ángel Acebes- para destacar la trayectoria de «honradez y dedicación» de estos tres dirigentes.
Además, y en clara alusión a Bárcenas, Rajoy recordó que «hay personas que estaban asumiendo unas responsabilidades y que ahora ya no están en el partido» porque el PP «actuó y se adoptaron las responsabilidades políticas».
Mariano Rajoy defendió la honradez de la clase política en general, y señaló que «no es aceptable que se diga que en política todo es sucio, porque no es cierto y además es injusto».