El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz ha concluido que la familia Ruiz-Mateos utilizaba el dinero de Nueva Rumasa para aportar capital a sus sociedades patrimoniales y mantener así su «alto nivel de vida», según el auto dictado el 15 de febrero.
El juez levanta así parcialmente el secreto de sumario de las investigaciones abiertas a Nueva Rumasa, durante las que se ha detectado «numerosa documentación» sobre la presencia de las sociedades del grupo en Belice, Antillas Holandesas, Islas Vírgenes, Panamá, Suiza, Holanda, USA, Andorra y Chile.
Caja única oficial
En concreto, el juez considera que la sociedad Bardajera actuaba como «gestora de la caja única oficial» de Nueva Rumasa y llegó a recibir 673 millones de euros del resto de sociedades del conglomerado empresarial, «gran parte de ellos procedentes de los inversionistas que adquirieron pagarés».
Según el auto, los Ruiz-Mateos distribuyeron parte de ese dinero en inyecciones de liquidez a las empresas de Nueva Rumasa, en devolver los intereses de los pagarés que iban venciendo y en el pago de las hipotecas de las viviendas de los hijos varones del empresario jerezano. Además, de las cuentas de Bardajera se sacaron en efectivo 78 millones de euros de los que se desconoce su destino final.
El juez ha llamado a declarar en calidad de imputados, el próximo 1 de marzo, al abogado Manuel Sánchez Marín y a sus colaboradores Javier Bertolá Navarro y Alfonso Espinosa Bermejo, que fueron los que articularon la estructura societaria de Nueva Rumasa y que gestionaban la 'caja única'. El mismo día declararán como testigos los gestores del «banquito» de Nueva Rumasa, José Ramón Romero López, Rufino Romero de la Rosa y Pere Varias Font