Los dos presuntos etarras detenidos el pasado domingo en Mondragón son los autores materiales del atentado de Barajas perpetrado el 30 de diciembre de 2006 y planeaban la colocación de un coche bomba en los bajos del centro comercial Azca en Madrid, según informaron a Efe fuentes de la investigación.
En su declaración ante la Guardia Civil, el presunto miembro de ETA Martín Sarasola ha confesado haber colocado en el aeropuerto madrileño la furgoneta bomba que mató a dos ciudadanos ecuatorianos, junto al también detenido Igor Portu y uno de los etarras huidos en la operación, Mikel San Sebastián.
Según explicó el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha sido el propio Sarasola quien ha relatado «con pelos y señales» cómo se perpetró el atentado aportando datos concretos que sólo puede conocer un autor material.
Sarasola ha reconocido que inspeccionó el aparcamiento de la T-4 antes de cometer el atentado disfrazado con una muleta y arrastrando una maleta con ruedas. Este fue el dato que corroboró su participación, ya que en las imágenes grabadas en fechas anteriores a la acción terrorista aparece un individuo que corresponde con la descripción física de Sarasola y se pasea por el aparcamiento con una muleta y arrastrando una maleta del tipo 'troller', con ruedas.
Portu y Sarasola, según fuentes de la investigación, habían planeado colocar también un coche bomba en los bajos de la zona de Azca en Madrid, un centro comercial y de negocios próximo al Estadio Santiago Bernabéu en el que se agrupan grandes almacenes, las sedes centrales de varias entidades bancarias y empresas constructoras y de servicios.
Los bajos de Azca tienen además varios aparcamientos y están recorridos por diversos túneles abiertos al tráfico, que conectan esta zona de la capital con el Paseo de la Castellana y, según otras fuentes, los etarras ya contaban con algún tipo de información operativa sobre el lugar en el que supuestamente iban a cometer el atentado.