Los partidos afrontan un nuevo curso marcado por las políticas para conseguir el fin de ETA -principal argumento de las disputas entre el Gobierno socialista y el PP- y la celebración de elecciones municipales y autonómicas, en Catalunya en noviembre y en otras trece comunidades en mayo de 2007.
Serán asuntos que previsiblemente abordarán el presidente del Gobierno y el líder de la oposición cuando celebren sus respectivos mítines de vuelta de las vacaciones de verano: José Luis Rodríguez Zapatero el 3 de septiembre en Rodiezmo (León) y Mariano Rajoy el 29 de agosto en Ribadumia (Pontevedra), aunque ya ambos coincidieron en salir a la palestra durante agosto por los incendios de Galicia.
Las coaliciones de gobierno que salgan de las elecciones autonómicas (de inmediato en la catalana, donde ahora gobiernan PSC e ICV), pueden afectar a las alianzas que el grupo socialista se vea obligado a tejer para sacar adelante sus iniciativas en el Congreso, entre ellas la Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2007.
Hace un año, sólo el PP votó contra una norma para la que el grupo socialista, entonces dirigido por el actual ministro del Interior, recabó el apoyo de CiU, ERC, PNV, IU-ICV, Coalición Canaria, BNG y CHA, mientras que EA y NB se abstuvieron.
No obstante, las iniciativas en el Parlamento y las elecciones de Catalunya «son terrenos absolutamente diferentes» para el actual portavoz del PSOE en el Congreso, Diego López Garrido, que asegura que su grupo no hará «escenificaciones de cambio de alianzas».De hecho, el secretario de Comunicación de los 'populares', Gabriel Elorriaga, asegura que el PP trabaja con la posibilidad de que en «cualquier momento» se produzca una convocatoria anticipada de elecciones generales motivada por la «debilidad» del Gobierno.