El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy, protagonizaron ayer en el Congreso un duro enfrentamiento sobre política antiterrorista, que centró gran parte de sus intervenciones en la primera jornada del debate sobre el estado de la nación.
Rodríguez Zapatero se comprometió a acudir al Congreso para, «si se diera el caso», pedir el apoyo de todos los grupos ante eventuales pasos para el fin del terrorismo y advirtió de que el PP no le detendrá si tiene opción de acabar con ETA sin pagar precios políticos, frente a la acusación de Rajoy de que el Ejecutivo ha traicionado a las víctimas de la organización terrorista.
Rodríguez Zapatero exigió a Rajoy que retirara su «inaceptable» acusación sobre la supuesta traición a las víctimas, le replicó que «sus desafíos y anticipos no van a detener al Gobierno» si tiene oportunidad de acabar con ETA sin pagar precios políticos y aseguró que el PP no ha cesado de hacer un uso partidista del terrorismo desde que perdió las elecciones generales del pasado 14 de marzo.
Lamentó además que el PP regrese con su actitud a la derecha del 1977 y responda con «hipocresía» ante un hipotético diálogo con ETA para lograr el fin del terrorismo, cuando el Gobierno del Partido Popular protagonizó conversaciones con la organización terrorista que contaron con el respaldo de todos los grupos.Reprochó en este sentido que el PP haya generado «insidia u desconfianza» cuando no ha habido diálogo alguno del Gobierno actual con ETA y haya anticipado cuál sería su actitud en caso de que existiese. Zapatero recordó asimismo un conjunto de calificativos que le había dedicado en el último año Rajoy -pardillo, grotesco, incompetente, irresponsable, sectario, radical, chisgarabíspara señalar que «si eso es hacer oposición con finura, qué será cuando enseñe las vísceras».