EPR/EFE-MADRID
La repulsa y la indignación ciudadana por las acciones terroristas
perpetradas en Madrid quedan patentes en las manifestaciones de los
ciudadanos, que se acercan a los periodistas para dejar patente su
dolor e impotencia. Antonio Villacañas es uno de los viajeros que
ayer circulaba en el tren de Cercanías de Renfe que hizo explosión
minutos después de parar en la estación de Santa Eugenia. Aseguró
que tras la explosión, «el pánico se adueñó de todos los viajeros»,
ya que según dijo, «había cadáveres por los vagones, las vías e
incluso algunos de ellos carbonizados en los asientos». En su
relato de los hechos, este testigo señaló que el tren llegó a Santa
Eugenia repleto de gente, por lo que él tuvo que buscar en varios
vagones hasta encontrar un sitio. «Minutos después de arrancar
sentimos un golpe muy fuerte y las luces se apagaron, y en un
primer momento el desconcierto era la tónica dominante en el vagón
en el que yo viajaba», explicó.
«La gente no sabía lo que pasaba y posteriormente conseguimos abrir las puertas del vagón. El convoy que estaba justo detrás del nuestro estaba lleno de cadáveres, muchos de los cuales yacían sobre las vías. La escena era «horrorosa y dantesca». Había cuerpos calcinados en los propios asientos del tren», concluyó. Uno de los heridos por la explosión en uno de los vagones de un tren de cercanías en la estación de Atocha relató cómo tuvo que abandonar el tren pasando por encima de las víctimas inconscientes que allí se encontraban. Una de las personas heridas explicó que por causa de la deflagración salió despedida hacia el techo y que pudo ver a varias víctimas mortales en el vagón.
«Fue una imagen dantesca y apocalíptica», comentó José García, un trabajador que se encontraba cerca de la estación de trenes de Santa Eugenia cuando estalló el artefacto explosivo.
«Nos estábamos preparando para comenzar a trabajar cuando oímos un fuerte estampido. Salimos corriendo y luego nos acercamos al lugar. Fue una imagen dantesca y apocalíptica. Había sangre y restos por todas partes. Estaba todo destrozado», comentó. «Qué fácil es matar a gente que va a trabajar por la mañana», comentó un hombre en las inmediaciones de la Glorieta de Atocha, donde todavía se concentraban numerosos ciudadanos que habían sido testigos de la tragedia.