REDACCIÓN/EFE
Las vías del tren de Madrid se vieron ayer sacudidas por un drama
humano. Los numerosos obreros y estudiantes que diariamente cogen
los trenes de cercanías para llegar a su lugar de trabajo o de
estudio fueron ayer sorprendidos por los atentados registrados en
la capital de España. Estas explosiones tuvieron lugar en hora
punta de la mañana y en trenes procedentes de algunos de los
barrios más deprimidos económicamente de la Comunidad de Madrid.
Uno de los trenes afectados partió de la estación de Guadalajara
capital a las 06:50 horas.
Según explicaron fuentes de Renfe, las explosiones tuvieron lugar justo en la franja horaria que la compañía considera «hora punta», puesto que entre las siete y las nueve de la mañana se registra la máxima afluencia de viajeros. Estos viajeros son los que más temprano se incorporan a trabajar, desde poblaciones como Guadalajara y Alcalá de Henares y los barrios periféricos de Madrid, y, tradicionalmente, son personas de clase obrera, que se trasladan en tren a sus lugares de trabajo.
Renfe calcula que las líneas de cercanías, donde se registraron todas las explosiones, son utilizadas diariamente por unas novecientas mil personas y que una gran parte de ellos son estudiantes, que entran a clase a las ocho de la mañana. De hecho, la estación de Santa Eugenia es la que utilizan los estudiantes que acuden a un instituto cercano al Campus Sur, donde también se encuentran las escuelas de Topografía, Informática, Diseño y la técnica de Telecomunicación de la Universidad Politécnica de Madrid. La compañía ferroviaria asegura que la inmensa mayoría se desplazaba hacia el centro para atender sus ocupaciones habituales.