La sesión de control al Ejecutivo en el Congreso de los Diputados protagonizó una lucha dialéctica entre el presidente del Gobierno, José María Aznar, y el líder de IU, Gaspar Llamazares. Este último criticó la gestión del líder del PP durante la campaña electoral «que no ha ganado» y le avisó de que «las derrotas electorales dulces también son derrotas». Por su parte, Aznar reprochó a IU que se abstenga en el Parlamento vasco y que apoye el Plan Ibarretxe y al PNV en Bilbao.
El coordinador de IU insistió en que Aznar ha tratado de convertir las elecciones municipales en un «plebiscito» o «referéndum político y personal» que, finalmente, «no ha ganado». «Porque la derrota, aunque dulce, es derrota», sentenció, mientras algunos diputados del Grupo Popular se burlaban de Llamazares al grito de «monstruo, monstruo».
El líder de IU continuó su alocución acusando a Aznar de haber «copiado» las estrategias políticas del presidente estadounidense George W. Bush, mostrando a un tiempo «el palo y la zanahoria». En esta línea, apuntó que el PP ha utilizado el Consejo de Ministros para hacer «promesas vanas» -que con el tiempo terminan en «agua de borrajas«- y los medios públicos para agitar «el miedo» con el recuerdo del «fantasma de las dos Españas». «Pero a pesar de eso, usted no ha ganado el plebiscito. La mayoría de los españoles quieren ser gobernados por partidos distintos al PP», aseveró.El presidente del Gobierno, por su parte, puso en duda los «méritos electorales» que Llamazares ha demostrado en las elecciones autonómicas y municipales. Aznar le recordó que esos «méritos» han propiciado la abstención de su formación en el Parlamento Vasco para ilegalizar al Grupo de Batasuna, su apoyo al Plan Ibarretxe y al PNV en Bilbao.
Tras recibir una ovación por parte de los populares, Aznar contestó a Llamazares sobre los motivos que le han llevado a «convertir» el Consejo de Ministros en el «comité electoral del PP». «Y no quiero empañar la alegría de sus compañeros», añadió Llamazares. «No se preocupe, que no la empaña», le espetó el jefe del Ejecutivo, quien a continuación tachó de «absurdo» el pensar que un periodo electoral sirve de excusa para dejar de gobernar.