Un multitudinario concierto, organizado por la plataforma «Cultura contra la Guerra», reunió ayer por la mañana a miles de madrileños en torno a la Puerta de Alcalá, donde escucharon, en un ambiente festivo y pacífico, numerosas actuaciones musicales alternadas con la lectura de manifiestos contra la guerra en Irak.
Entre 500.000 y 800.000 personas, según los organizadores, y 15.000, según fuentes policiales, abarrotaron la Plaza de la Independencia, en uno de cuyos laterales estaba situado el escenario, por el que pasaron casi una treintena de cantantes, entre ellos, Ana Belén, Pedro Guerra, Miguel Ríos, Víctor Manuel, Paco Ibáñez o grupos musicales, como Cómplices o Suburbano.
Los asistentes llenaron poco a poco la plaza de la Independencia, parte de las calles de O'Donnell, Serrano, Alfonso XII, y Alcalá -hasta la Plaza de Cibelesy también el acceso principal al Parque del Retiro.
El cambio de ubicación del escenario, impuesto por el Ayuntamiento de Madrid, obligó al público a repartirse en diversas zonas, ante las dificultades para ver y escuchar adecuadamente el concierto, ya que el estrado estaba colocado en un lado de la plaza y detrás de la Puerta de Alcalá, monumento que impedía la visión.
Estuvieron allí gentes de todas las edades, en un ambiente festivo y familiar, que no dejaron de corear, entre actuación y actuación, consignas como «No a la guerra», «Sí a la paz» y «Asesinos, asesinos» y de agitar todo tipo de pancartas contrarias a la guerra y con duras críticas al Gobierno del PP y a los EEUU.
También acudieron políticos -entre ellos el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares,- y líderes sindicales, como los secretarios generales de UGT, Cándido Méndez, y CCOO, José María Fidalgo.