El Gobierno va a vigilar la evolución de los precios de los alimentos en España y en la UE, al tiempo que analiza el efecto de la regulación comercial sobre la competencia y sobre los precios de estos productos, anunció ayer el vicepresidente Segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato. Durante su intervención en la jornada «XV Mesa Redonda con el Gobierno español sobre Política Económica», organizada por «The Economist», Rato reseñó que el sector servicios es el principal responsable de las tensiones inflacionistas de los últimos meses y apuntó que los alimentos, sobre todo los no elaborados, «llevan ya dos años en tasas muy superiores a las históricas».
Por eso, el Ejecutivo ha encargado al Tribunal de Defensa de la Competencia (TDC) un informe, que se conocerá en las próximas semanas, sobre el funcionamiento del sector de la distribución, en especial de la alimentación, y el impacto de la regulación en la competencia y en la fijación de precios. Además, agregó Rato, pondrá en marcha un proyecto de seguimiento de los precios de los alimentos en España y varios países europeos, que complementará los estudios de Eurostat, la oficina estadística de la UE.
El titular de Economía dijo que, mientras la liberalización ha dado resultados claros en los sectores de energía y telecomunicaciones, ya que mantienen diferenciales de precios con la UE nulos o negativos, no se puede decir lo mismo de otros servicios, por lo que reclamó «un debate social y político» al respecto. Así, consideró que, a partir de las conclusiones del TDC sobre el sector de la distribución comercial, «hay que avanzar en la transformación del modelo de fijación de precios» en los servicios.