El PSOE respondió ayer que el presidente del Gobierno, José María Aznar, que no tiene «ninguna legitimidad» para decirle a los socialistas lo que tienen que hacer o cómo debe ser su actuación política. «Que no nos venga a dar lecciones de cómo se hace política desde la oposición porque no quiero volver a recordar cómo él hizo política cuando estaba en la oposición», declaró hoy en conferencia de prensa la secretaria socialista de Relaciones Internacionales, Trinidad Jiménez. Aznar ofreció la noche del miércoles diálogo al PSOE siempre y cuando esté dispuesto a «arrimar el hombro» y no se limite a intentar «quedar bien con todos», negándose a las reformas sin aportar alternativas viables.
A juicio de Jiménez, estas palabras son las de un «dirigente político en un mitin, no de un presidente de gobierno», por lo que no tienen para ella «prácticamente la menor relevancia». «Sabemos muy bien -enfatizó- cómo tenemos que hacer nuestro trabajo, sabemos muy bien cómo tenemos que hacer política y creo que hemos demostrado suficientemente que somos un partido de gobierno, que somos un partido de mayoría, que somos un partido leal».
El ´conseller en cap´ de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, replicó por su parte al presidente del Gobierno que CiU «siempre ha estado a la altura de las circunstancias» en materia antiterrorista, «cosa que no todo el mundo puede decir». Mas recordó que los nacionalistas catalanes siempre han «actuado con responsabilidad e independencia, siguiendo criterios propios y no los que nos marcan otros», a lo que agregó que el Ejecutivo central no puede pedir más a los convergentes porque han estado «en todo momento al lado de quienes luchaban contra el terrorismo».
En este sentido, Mas también recordó el voto favorable de CiU a la Ley de Partidos, tras lo que reclamó a Aznar una cura de humildad porque «nadie ha sido capaz de liquidar el terrorismo, ni el gobierno vasco, ni los 13 años de gobierno socialista, ni los seis del PP». Mas lamentó asimismo que tanto el PP como el PSOE «tengan dificultades para restablecer el diálogo con las fuerzas nacionalistas», tras lo que reclamó un «esfuerzo de diálogo permanente, franco e intenso entre Madrid y Vitoria».
El portavoz de ERC, Joan Ridao, auguró que las «amenazas» del presidente del Gobierno, José María Aznar, sobre la necesidad de «nuevos sacrificios» en la lucha antiterrorista elevarán la «tensión social y política en la relación con las comunidades autónomas» hasta niveles «comparables al clima de los años treinta, antes de la Guerra Civil».