El nuevo Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), que entrará en vigor el 1 de enero de 2003, y que permitirá la creación de 65.000 empleos adicionales y aportará 0'5 puntos al crecimiento del PIB, no acaba de convencer a la oposición. El PSOE afirma que en la reforma del impuesto, presentado ayer por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, hay «mucho truco», ya que mantiene la discriminación entre las rentas de capital y las de trabajo y IU asegura que es «injusto, porque quita a los que tienen menos y da a los que tienen más.
Montoro, quien recordó que supondrá una reducción para las rentas bajas del 38% y para las altas del 6, destacó que la familia es la «gran protagonista» de la reforma del IRPF, ya que se incrementan considerablemente las reducciones por hijos. Según el Gobierno, una familia media se ahorrará 600 euros al año con la rebaja del IRPF. Además, si la mujer trabaja fuera del hogar, con alta en la Seguridad Social, y cuenta con un hijo menor de tres años tendrá derecho a la nueva paga fiscal de 1.200 euros, con lo que el ahorro se establecería en 1.800 euros.
El ministro de Hacienda precisó que el nuevo impuesto será «más sencillo y estará más controlado», ya que aquellos contribuyentes con rentas inferiores a 22.000 euros no tendrán la obligación de declarar y podrán solicitar la devolución rápida. Además, el Gobierno enviará los borradores de declaración de más de 5'5 millones de contribuyentes. Pero el PSOE no ve más que «una nueva treta por fascículos de un Gobierno trilero, que quita con una mano bastante más de lo que promete dar con la otra» en esta reforma. El secretario de Política Económica y de Ocupación del PSOE, Jordi Sevilla, dijo que «lo único que se pretende es engañar a los ciudadanos, diciendo que se bajan los impuestos y, por otro lado, se suben otras tasas».