El Gobierno vasco y el PNV responsabilizaron ayer al PP y al PSOE de los insultos que recibió ayer en Jaca el lehendakari Juan José Ibarretxe tras el funeral por el presidente del PP en Aragón, Manuel Giménez Abad, y lamentaron que ningún dirigente de estos partidos condenara los incidentes. El portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, subrayó la necesidad de respetar las instituciones, pero matizó que «un demócrata también sabe quiénes son las víctimas, y no hay más víctimas que Manuel, su familia y nuestra libertad».
En respuesta a los insultos recibidos por Ibarretxe en Jaca, donde fue calificado de «cómplice» y de «etarra» por los asistentes al funeral, el Gobierno vasco hizo pública una nota en la que responsabilizó al PP y al PSOE de «generar el clima que dio lugar a los insultos y a las calumnias» que recibió Ibarretxe, fruto «de la injusta e injuriosa mentira que desde hace ya tiempo vienen propalando el PP y el PSOE en el sentido de equiparar el nacionalismo vasco con la práctica de la violencia».
El Ejecutivo de Vitoria agradeció «de corazón» las «disculpas que desde distintos ámbitos institucionales aragoneses nos han sido dirigidas», pero lamentó que «ningún dirigente del PP y/o del PSOE haya censurado, descalificado o condenado el apelativo de ´asesino´ que fue dirigido al representante de todos los ciudadanos y ciudadanas vascas».
El presidente del PNV en Guipúzcoa, Juan María Juaristi, afirmó que este incidente es un «exponente bastante elocuente de la injusticia y de la sinrazón que supone imputarle al PNV cosas que en los dos últimos años y medio, nos hemos acostumbrado a escuchar» y calificó «de una bajeza moral increíble» aprovechar «la indignación normal y natural de la gente para arremeter directa o indirectamente» contra su partido.