Los obispos de Bilbao, Ricardo Blázquez y Carmelo Echenagusia, el de San Sebastián, Juan María Uriarte y el prelado de Vitoria, Miguel Asurmendi, demandaron ayer en una pastoral conjunta la participación de la sociedad vasca en las próximas elecciones autonómicas, exigiendo el voto «libre y responsable» y alertan del peligro de ruptura social. Además, afirmaron que utilizar el miedo como «arma electoral» sería «éticamente censurable» e instaron a los partidos a buscar «vías de solución» y exponerlas en lo que consideran será una campaña «especialmente virulenta».
Las tres diócesis vascas admiten en su texto que «la situación vasca ha llegado a una situación muy preocupante», por lo que creen que los comicios adquieren una importancia singular. Por ello, consideran que el próximo Gobierno vasco deberá centrarse únicamente en procurar velar no sólo por los intereses de la mayoría que lo apoya, sino también por las aspiraciones de las minorías y por encima de todo, la defensa eficaz de la vida humana. Los prelados pronostican una campaña «especialmente virulenta» y advierten que existe el riesgo de caer en la mentira y en la manipulación, «lo que ahondaría en la brecha social y haría más difícil el objetivo de una paz construida entre todos».
Así explican que el apasionamiento puesto al servicio de los intereses electorales «puede conducir a mensajes engañosos, a utilizar el miedo como arma electoral, a descalificar y calumniar a los adversarios o a utilizar de forma partidista los medios de comunicación públicos». También, reprochan que los estragos de la violencia puedan acabar produciendo una «notable fractura social cuyos primeros atisbos empiezan a despuntar» en la sociedad vasca. Así, apuntan que «la renovada violencia terrorista tras catorce meses de ilusión ha recrudecido notablemente este enfrentamiento y ha obstaculizado el acercamiento». Asimismo, los obispos se dirigen a los medios de comunicación, a los que indican que «pueden y deben jugar un papel socialmente saludable». Por ello, les emplazan a contrastar rigurosamente las noticias.