Según el cuadro macroeconómico analizado ayer por el Consejo de Ministros, que servirá de referencia para elaborar los Presupuestos Generales del Estado, el empleo crecerá el año que viene un 2'5 por ciento, medio punto por debajo de lo previsto para este año. El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, declaró que en el número de parados se reducirá en 240.000 personas en el 2001, frente a las 220.000 de este año.
Ello permitirá cerrar el ejercicio con una tasa de paro equivalente al 12'7 por ciento de la población activa, la mitad de la registrada en 1995 y un punto y medio inferior al 14'2 por ciento previsto para el 2000. Durante el año, según los cálculos del Gobierno, se crearán algo más de 400.000 puestos de trabajo, frente al medio millón de este año. El Ejecutivo tiene previsto alcanzar el año que el equilibrio presupuestario, tras concluir 2000 con un déficit público del 0'4 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB). En cuanto a la inflación, en términos del deflactor del PIB, el cuadro macroeconómico prevé un crecimiento del 2'3 por ciento en el 2001 desde el 2'5 por ciento, aunque Rato eludió pronunciarse sobre el objetivo de inflación en términos del Índice de Precios de Consumo (IPC).
Rato explicó que el Gobierno ha decidido no modificar su previsión de inflación para este año, un 2 por ciento, a pesar de que el IPC alcanzó una tasa interanual del 3'4 por ciento en junio pasado. El vicepresidente segundo subrayó que el objetivo de inflación de la Zona Euro lo fija el Banco Central Europeo (BCE), por lo que corresponde a esa institución modificarlo y adoptar la política monetaria que considere conveniente para frenar los precios. Rato recordó que todos los países de la zona euro, excepto Francia, tienen tasa de inflación superiores al 2 por ciento. Además añadió que una tercer parte de la subida de precios se debe al aumento de los costes energéticos.
El vicepresidente segundo declaró que el crecimiento económico en el año 2001 será «más equilibrado», con un aumento de la demanda interna inferior al de 2000 y una recuperación de las exportaciones como consecuencia de la mejora del comercio mundial. El PIB español, según los cálculos del Ejecutivo, crecerá un 3'6 por ciento, cuatro décimas menos que lo previsto para el 2000 y una décima menos que en 1999.