La sede social de HB en el barrio donostiarra de Intxaurrondo fue atacada la pasada madrugada por desconocidos que rociaron con líquido inflamable la puerta de acceso al local, aunque los daños materiales fueron de escasa consideración. Desde el entorno abertzale, el portavoz de la Mesa Nacional de HB, Joseba Permach, acusó a las fuerzas de seguridad del Estado de «estar detrás» de este ataque. Asimismo, fueron objeto de la violencia callejera la casa del alcalde de Zizru Mayor (Navarra), Luis María Iriarte, y el vehículo de un policía municipal de la localidad vizcaína de Basauri. «No hay ninguna duda de que están detrás las fuerzas armadas», aseguró Permach sobre el ataque a la sede batasuna, para añadir a continuación que, a su juicio, este sabotaje es una reacción a la manifestación que HB ha convocado en San Sebastián el próximo 12 de octubre, día de la Hispanidad, para pedir que las fuerzas de seguridad del Estado salgan de Euskadi.
El portavoz de HB señaló que su formación está a la espera ver cuál va a ser la postura del resto de fuerzas políticas y medios de comunicación ante el ataque a la herriko taberna de Intxaurrondo. En este sentido, calificó de «hipócrita» la condena realizada por el PP. Desde el PP, se condenó el ataque a la sede de HB en Intxaurrondo, afirmando que estos hechos «únicamente provocan más crispación». Añadió que «no es admisible» en una democracia la utilización de unos métodos violentos que no contribuyen más que a mantener un clima de tensión que debe ser desterrado de la sociedad vasca».
La 'kale borroka' hizo acto de presencia tambien en Navarra, cuando un artefacto casero, que no llegó a explotar, fue colocado en la puerta del garaje de la casa del alcalde de Zizur Mayor (Navarra), Luis María Iriarte, cabeza de lista de la Agrupación Independiente de la localidad, grupo afín a UPN y que cuenta entre sus miembros con algunos afiliados regionalistas. Ante estos hechos, el secretario de Estado de Seguridad, Ricardo Martí Fluxá afirmó que «antes a los concejales del PP y del PSOE se les mataba y ahora no se les deja vivir», en referencia a los últimos ataques a ediles en el País Vasco.