La Unión Progresista de Fiscales (UPF) pidió ayer la dimisión del fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, por su falta de actuación en defensa de los fiscales en asuntos como el «caso Gil».
La UPF, que inició su congreso el pasado jueves en el Parador Nacional de Sigüenza, ha renovado su secretariado permanente, en el que sólo repite el presidente electo, que sustituye a Carlos Castresana, conocido por el «caso Atlético».
El miembro de la asociación y fiscal de Barcelona, Jesús Arteaga, criticó a Cardenal por la «obstrucción activa» que a su juicio ejerció en el «caso Pinochet», a la que ahora se une, dijo, su falta de actuación en defensa de los miembros de la carrera judicial y fiscal cuando son agredidos por algunos de los imputados, como ha sucedido en el «caso Gil».
El fiscal de Barcelona matizó que «se han generalizado en los últimos tiempos ataques intolerables contra la honorabilidad de jueces y fiscales por imputados relacionados con el poder económico e incluso político, con la finalidad de obstruir el ejercicio legítimo y obligatorio de las funciones que la Constitución les impone de investigar y juzgar hechos presuntamente delictivos».
Según un comunicado leído por Arteaga y consensuado por el secretariado saliente de la UPF, el fiscal general del Estado (Jesús Cardenal) «ha permanecido silencioso ante estas intolerables manifestaciones de aquellos personajes que, además de intentar lesionar el honor de los afectados en cada caso, lo que realmente significan es una agresión dirigida a instituciones esenciales en el funcionamiento del Estado de Derecho».