El papel clave de los socialistas vascos en el reparto de poder en las Diputaciones y alcaldías del País Vasco ha convertido al PSE en la codiciada llave de la coalición PNV/EA y de los populares. El PNV respondió ayer al PSE, formación que la víspera supeditó los pactos con los nacionalistas a una «rectificación» de su política en el Gobierno vasco y a la asunción de que el pacto de Lizarra «ha muerto». El portavoz de la ejecutiva del PNV, Joseba Egibar, recalcó que el único acuerdo que existe es con Eusko Alkartasuna, y que el pacto con Euskal Herritarrok tiene como ámbito únicamente el Parlamento vasco.
Aunque aseguró que su partido «ni incumple su palabra ni rompe acuerdos», en referencia al pacto de apoyo parlamentario con los batasunos, sí indicó que éstos podrían «modificarse» previa conformidad con los que lo suscribieron.
En una rueda de prensa celebrada en Bilbao para valorar los resultados electorales del pasado domingo, Joseba Egibar condicionó los futuros pactos a una «oferta global» que incluya Euskadi y Navarra, una exigencia ya planteada estos días desde EH. Según explicó, se trata de una oferta para buscar «un acuerdo de integración, de avance y de superación del actual bloque, un proyecto de mayorías que dé estabilidad». Por ello, rechazó que puedan darse negociaciones separadas por territorios, ya que se «desvirtuaría la negociación».
Asimismo, indicó que en las negociaciones dialogarán con los socialistas y Euskal Herritarrok pero no con el PP, ya que a su juicio esta formación se ha «autoexcluido».