El día después del histórico fallo de los Lores que rechazó la inmunidad de Augusto Pinochet solamente por los actos de tortura y conspiración para la tortura después de 1988 se vive, tanto por parte de los que apoyan al general como por los que le acusan, en un marco de expectación y espera a que el ministro del Interior británico reconsidere su extradición a España, una difícil decisión para Jack Straw, según destacaba ayer la prensa británica.
El escenario es ahora bien distinto al del pasado día 9 de diciembre, cuando el ministro dio luz verde al proceso de extradición, ya que los cargos contra Pinochet se han reducido de una forma drástica y solamente se le podría juzgar en España por un delito de tortura y conspiración para la tortura que incluiría varios casos, por la conspiración para el asesinato del senador Carlos Altamirano y por la tortura y muerte como consecuencia de éstas del joven de 17 años Marcos Quesada Yáñez, en 1989.
Ese nuevo escenario, según la vicepresidenta del partido derechista chileno Renovación Nacional, María Angélica Cristi, es «muy favorable al general, ya que, en mi opinión, se descarta cualquier posibilidad de extradición», afirmó.
Una opinión bien distinta es la expresada por la portavoz de Amnistía Internacional (AI), Soraya Bermejo, ya que para esta organización lo importante es que con la sentencia de los Lores se reconoce «el principio de que las leyes internacionales priman sobre las leyes nacionales».